Monseñor Jorge Carlos Patrón Wong al entrar a la capilla del Seminario Mayor de Yucatán para oficiar la misa por las vocaciones sacerdotales
Monseñor Jorge Carlos Patrón Wong al entrar a la capilla del Seminario Mayor de Yucatán para oficiar la misa por las vocaciones sacerdotales

“No se dejen llevar por las apariencias, mientras más nos despojamos de éstas, más nos apegamos a Dios”, señaló monseñor Jorge Carlos Patrón Wong, arzobispo de Xalapa, quien anoche ofició misa por las vocaciones sacerdotales y los seminaristas en la capilla del Seminario Mayor de Yucatán (Itzimná).

El prelado, quien fue rector de dicha institución, dijo a los estudiantes de las diversas etapas de formación del Seminario, que por lo general los presbíteros oran continuamente por más y mejores vocaciones sacerdotales y de vida consagrada.

En esta ocasión, al orar por estas mismas intenciones, lo hace con particular fe y entusiasmo por tratarse del lugar donde se preparan los futuros sacerdotes y pastores de la Iglesia y porque en cada estudiante del Seminario hay un corazón tocado por Dios y que se ha abierto a su enseñanzas.

“Yo le doy gracias a Dios por todo cuanto aquí me fue enseñado, aquí aprendí lo que era ser verdaderamente un sacerdote; es éste el espacio personal para encontrarnos con el Señor y crecer en la fe y la vocación”, manifestó en su homilía.

“Como ustedes, yo también fui seminarista, aquí fui aprendiendo de la mano de los padres formadores, fue en este lugar donde comprendí que estamos rodeados de un mundo de apariencias que nos alejan del Señor, por eso yo les digo que en este proceso de formación por el que atraviesan no se dejen llevar por las apariencias; mientras más nos despojamos de éstas más nos apegamos a Dios” agregó.

Alegría y devoción

Llamó a los alumnos a vivir con alegría y devoción su paso por la institución y el proceso de formación sacerdotal, “deben tomarse en serio lo que están haciendo porque al tocar Dios sus corazones les está diciendo que los necesita y quiere que sean discípulos de Jesús”.

“Ésta es una etapa de sus vidas en que se reconfiguran sus corazones, en que habrán de afrontar los duros golpes que la vida da, donde deberán despojarse de las apariencias y apegarse más a Dios, porque todos somos la familia del Seminario, donde amamos y respetamos el corazón de cada uno de nuestros hermanos”, dijo.

El Arzobispo de Xalapa concelebró junto con el obispo auxiliar de la diócesis de Monterrey, monseñor Heberto Cavazos Pérez; el rector del Seminario de Yucatán, presbítero Ricardo Atoche Enseñat; el representante de la diócesis de Piedras Negras, Coahuila, presbítero Juan Armando Renovato López, y los integrantes del equipo formador del Seminario.— Emanuel Rincón Becerra

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