MÉRIDA, Yucatán.— Mamás de diferentes edades recibieron la bendición de la Iglesia, el aliento espiritual y la gratitud por la maternidad, en la misa que presidió la mañana de este viernes el arzobispo de Yucatán Gustavo Rodríguez Vega, en la Catedral de Mérida, por la celebración del Día de la madre.

El prelado bendijo a las mamás y roció agua bendita sobre ellas, al final de la misa, que se convirtió en un momento muy emotivo, en el cual, las mamás se acercaron al altar.

Monseñor Rodríguez Vega impuso las manos a las madres que asistieron a la misa y también pidió por el eterno descanso de las mamás fallecidas.

El prelado reflexionó sobre la maternidad, recordó el ejemplo de la Virgen María y también pidió por las mamás que sufren por la pérdida de sus hijos.

“Dicen que no hay dolor más grande que el de una madre que pierde a un hijo”, lamentó el arzobispo de Yucatán y agregó que ahora en México muchas mamás han padecido un gran dolor aún más grande que la muerte de un hijo y esto es la desaparición de un hijo. Explicó que quieren encontrarlos aunque estén muertos, para sepultar.

Así que es tanto o más dolor por los hijos que están desaparecidos, consideró el prelado, ante decenas de personas que acudieron a la celebración, al máximo templo católico de Yucatán.

Ofrezco la eucaristía por las mamás y también por las madres que fallecieron.

Saludó a las mamás de los sacerdotes que tiene una vocación especial en favor de la Iglesia, orando por su hijo y por todos los sacerdotes y por las vocaciones.

Un saludo a las madres religiosas, a las mamás de los diáconos, a las mamá de los seminaristas, a las mamás que sufren por la pérdida de un hijo que ha muerto.

También habló de las mamás que sufren por sus hijos que están en la cárcel, que tienen problema, que están enfermos, y los que no tienen trabajo; los casados que tienen problemas y solo les queda hacer oración por ellos.

Dijo que es difícil la tarea de las madres, desde el principio.

Es la tarea de las madres desde el principio desde aceptar un embarazo.

Expuso que el mismo Señor pone el ejemplo de una Madre que se angustia pero esta se transforma en alegría en cuanto sabe que ha dado a luz a una nueva vida a un nuevo ser humano.

La maternidad de una mujer nunca debería rechazarse, nunca debería negarse.

El compromiso de una esposa y la aceptación de los hijos, expuso

El prelado dijo que ninguna mujer debería rechazar esta vocación a menos que decida encausar su maternidad en favor de la Iglesia como religiosa o como servidora de nuestros hermanos pobres, migrantes o en el cuidado de este mundo, nuestra casa común por ejemplo o para un servicio grande en la sociedad.

Esa capacidad de maternidad da a todas las mujeres una fortaleza especial, de un amor grande para entregarse con generosidad, dijo entre otros conceptos.

El arzobispo Rodríguez Vega celebró con el canonigo Alberto Avila Cervera, el padre Juan Pablo Moo Garrido, rector de la Catedral y el diácono permanente Fernando Bermejo.

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