El abogado Rafael Acosta Solís refuta la nota publicada en el Diario el martes, en la que se da a entender que éste, luego de enterarse del despojo ilegal de un terreno nacional en la playa de Dzilam Bravo, en posesión de Gregorio Córdova Martín, por parte de Uredi y la tamaulipeca Mirna Arellano Zárate, y que amigos del afectado le pidieran ayudarlo legalmente, Acosta, empero, designó a socios de su despacho para asesorar a la parte contraria.

Como hemos publicado, Córdova Martín fue despojado de ese predio, mediante la falsificación de actas de cabildo que permitieron convertir varios terrenos nacionales del puerto en predios del fundo legal del municipio, para luego ser vendidos a particulares.

Córdova Martín solicitó ayuda el entonces senador panista Daniel Ávila Ruiz, quien los contactó con Acosta Solís.

En un escrito enviado ayer, en uso, dijo, del recurso de réplica que le otorga la Constitución — ya que considera que parte de la nota es falsa y “ afecta mi honor, imagen y reputación”— el abogado Acosta dice que el Diario publicó lo siguiente:

“Desorientado y sin apoyo, Gregorio acudió con el abogado Rafael Acosta Solís, por recomendación de algunas personas. Éste, luego de conocer el caso, exclamó: ´¡es una bomba!´ y ofreció defender a Córdova Martín. Poco después se retractó y, por el contrario, se convirtieron en asesores jurídicos de los tamaulipecos…”

Obligaciones

Acosta señala en su carta que Córdoba Martín “nunca fue mi cliente y nunca me pagó cantidad alguna de dinero”. Tampoco nunca le trató algún asunto contra las personas que se menciona en la notas del Diario, “por lo que nunca me retracté de ningún asunto vinculado con Córdova”.

Añade que esta persona acudió a sus oficinas a cotizar el monto de sus servicios profesionales para demandar a Uredi, por “la nulidad de acuerdo de un ayuntamiento y de la escritura a favor de esa empresa.

“Eso fue en mayo de 2017”, por lo que “es falso que yo me retractara y me convirtiese en el asesor de la contraparte”, ya que la demanda era contra de Uredi y otras personas. Según Acosta Solís, también es falso que él “haya conocido el asunto de Córdova y luego haya optado por defender a su contraparte. Los juicios que él menciona son muy diferentes y agrega: “el que Córdova me haya pedido una cotización no me genera ninguna obligación con él y estoy en plena libertad de atender asuntos legales que planteen otras personas en su contra”.

Confusión

Lo que el abogado no precisa en su carta es que la nota del Diario no dice que él en lo personal se hizo cargo de la defensa de la contraparte. La nota dice que “abogados de su despacho se convirtieron en asesores jurídicos de la tamaulipeca Mirna Arellano Zárate, en el juicio de interdicto para retener la posesión” de ese predio, en contra de Córdova.

Y eso así ocurrió, según documentación oficial. Por lo menos Ángela Carolina Maldonado Cachón, socia del despacho de Acosta, es la mandataria judicial de Arellano Zárate en ese juicio, que ella promovió desde 2017, y que ha sido seguido por la propia Maldonado y otros abogados de ese despacho.