Cansados por la falta de presión en el suministro del agua por parte de la red municipal, vecinos de la comisaría meridana de Santa Gertrudis Copó la mañana de ayer protestaron por la desatención de las autoridades.

También porque al parecer la instalación de una nueva bomba de mayor capacidad para el sistema tiene como propósito favorecer los diversos desarrollos inmobiliarios que cuentan con sistemas de captación más eficientes y acaparan más agua que toda la comunidad originaria.

Esta demarcación colinda con el Periférico Norte y es una de las zonas de mayor crecimiento inmobiliario de la capital yucateca.

Leidy Eloina Cocom Valencia, comisaria municipal de Santa Gertrudis Copó, habló en nombre de los vecinos de la comunidad reunidos en torno a las instalaciones de bombeo de esa red de agua potable para denunciar irregularidades que se están dando en la zona y que tienen que ver con la distribución de agua en cantidad y presión suficiente.

Estos problemas, expuso, se han acrecentado en los últimos 10 años debido al crecimiento de la comisaría como consecuencia de la aparición de desarrollos inmobiliarios que acaparan la mayor parte del vital líquido.

Bomba de agua no será suficiente, valoran

La protesta se dio en la víspera de un cambio en la bomba que extrae agua del pozo y la envía al tanque central para su distribución, una solución que no satisface a los vecinos originarios del lugar porque, afirman, la capacidad de ésta no será suficiente.

Lo más grave, según explicó la comisaria municipal, es un equipo al parecer donado por uno de los desarrolladores de la zona para asegurar suministro suficiente de agua en su proyecto inmobiliario.

La comisaria municipal aseguró que en 2019 fue amenazada de muerte por un desarrollador de nombre Ricardo Capetillo, por oponerse a la presencia de desarrollos de alto impacto en Santa Gertrudis Copó; por ese hecho se puso una denuncia ante la Fiscalía sin que hasta el momento avance la investigación.

Según se explicó en esta reunión, la comisaría de Santa Gertrudis Copó entró en un crecimiento desmedido desde hace 10 años cuando comenzaron a avecindarse personas que pronto levantaron sus viviendas ahí.

Más tarde desarrolladores de proyectos inmobiliarios de alto impacto (varias viviendas en un mismo espacio) comenzaron a edificar, sin que la red hidráulica municipal que abastece de agua a la comunidad fuera reforzada o modernizada.

En poco tiempo la capacidad del sistema municipal de agua se hizo ineficiente.

Desabasto y poca presión, una constante

El desabasto intermitente y la poca presión para que el agua suba a los tinacos de los hogares generaron descontento entre los pobladores, el cual se ha acrecentado con la actual temporada de calor.

El sistema de bombeo actual suministra al tanque elevado del lugar unos 20 litros por segundo, pero solo opera unas horas tres veces al día para atender las necesidades de 541 usuarios registrados.

“El problema es que algunos de los 541 usuarios registrados son desarrolladores, que con una sola toma abastecen numerosas viviendas. Nosotros, pobladores originarios de toda la vida de nuestra comisaría, unos 350, pagamos una cuota de $11 mensuales por el servicio de agua para nuestros hogares, no hay medidores”.

“Por esa misma cuota única de $11, el desarrollador se conecta a la red y obtiene agua para abastecer todos los inmuebles (algunos son departamentos en condominio) que cuentan con sistemas de captación más modernos y de mayor capacidad de almacenamiento. No es justo, no es parejo y no es igual, los perjudicados como siempre somos nosotros no los desarrolladores que solo llegan, construyen, venden y nos dejan problemas”, advirtió.

Por otro lado, la comisaria municipal explicó que la nueva bomba que el Ayuntamiento pretende instalar mejorará el flujo de agua a 28 litros por segundo, a beneficio de 778 usuarios, pero nuevamente está el hecho de que en varios casos una sola toma abastece a un solo desarrollo.

Al parecer la bomba nueva de mayor capacidad que el Ayuntamiento ofrece como solución al problema de abasto suficiente fue una “donación” de un desarrollador, quien tiene como objeto beneficiarse directamente con su uso.

Tan solo por citar un ejemplo, los desarrollos Álamos y Trinium, dentro de la demarcación de la comisaría, tienen 38 y 78 predios respectivamente, que requieren suministro de agua de una red que ya no tiene capacidad para brindar un buen servicio.

También se dijo que el crecimiento de la comisaría trajo consigo que los valores catastrales se dispararan y con ello hubo aumentos en el impuesto del predial, incluso del triple respecto a años anteriores.

Sobre la presunta amenaza de muerte que pesa sobre la comisaria municipal, la propia Leidy Cocom explicó que en 2019 el desarrollador Ricardo Capetillo llegó hasta la sede del comisariado municipal para amenazarla con matarla si seguía interfiriendo con sus proyectos, y aseguró que “está muy bien” con el Ayuntamiento de Mérida como para hacer lo que quisiera en ese lugar.

“Llego en mi calidad de comisaria municipal a solicitar permisos de obra en los desarrollos en construcción y me reviran que no soy autoridad para exigirlos. Si el Ayuntamiento de Mérida no les explica a estas personas que la comisaría tiene una autoridad y no nos dan nuestro lugar como autoridad, estamos mal, entonces cualquiera podrá venir a hacer lo que quiera, porque las autoridades que elige la comunidad no significan nada para las inmobiliarias”, dijo.

Los quejosos esperan tener un diálogo y acercamiento más estrecho con la autoridad municipal para discutir el problema del abasto del agua, pero también de los desarrollos inmobiliarios.

La comunidad propone una “zona reservada o polígono” que abarca el centro de Santa Gertrudis Copó y un poco más a fin de que en esta demarcación no se integren desarrollos inmobiliarios, además que cuente con infraestructura suficiente en beneficio de los habitantes originarios de la comunidad cuyo estilo y calidad de vida han visto quebrantado con la llegada de nuevos vecinos.

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