Nuevos y mejorados sitios para visitar en Yucatán abren sus puertas para ofrecer a toda persona una experiencia diferente en estas vacaciones o en cualquier otra temporada.
Con el fin de mostrar la belleza del estado, la Asociación Mexicana de la Industria Turística (AMIT) organizó un recorrido para dar a conocer dos atractivos en la zona sur del estado, en el municipio de Muna, a 66 kilómetros de Mérida.
“Es una continuidad de la expo Yucatán Enamora, donde participaron 14 municipios, los artesanos y cada uno hizo lo propio. Hoy continuamos las visitas, ahora en el mirador y la hacienda San Ignacio de Oxholón para darle publicidad y que las agencia de viajes puedan promover todos los destinos turísticos”, dijo Dave Lavadores Jiménez, director de Amit.
“En la Amit manejamos paquetes culturales, de naturaleza y de playa para que la gente conozca más de nuestra cultura”, añadió.
Al recorrido asistieron agencias de viajes y medios de comunicación, desde muy temprana hora.
La salida fue desde Mérida rumbo al mirador Chuc Nah, el cual gracias a estar en una parte alta de la península desde ahí se pueden observar cerros y ruinas como las de Uxmal, otras cercanas y algunas sin explorar.
Las instalaciones del mirador tienen una longitud de tres hectáreas, sobre unos 14 metros a nivel del mar.
Se ofrecen servicios como recorridos guiados en la naturaleza de la selva, las grutas de los aluxes, baños de vapor de temazcal, talleres artesanales y el turismo de ceremonias como bodas mayas por un chamán, al igual que limpias en grupo o personales por medio de objetos de la misma naturaleza.
Reciben turismo local, nacional y extranjero con una participación de 200 personas entre semana. Manejan un horario desde las ocho de la mañana hasta las siete de la noche.
De igual manera, realizan recorridos nocturnos con leyendas, historias y aluxes, los cuales se dice que hay en el lugar y son de la buena suerte. El costo del paquete que manejan es de $50 para los adultos y $30 por niño, e incluye la visita a los tres miradores y una gruta.
Los visitantes pueden estar en las áreas de meditación y hay un recorrido por el meliponario, donde el propietario del lugar, Pedro Ayuso Vela, funge como guía explicando, mostrando las colmenas y los usos de la miel.
Una de las actividades más llamativas en el sitio es el paseo por la gruta de los aluxes, donde se encuentra su respectivo altar para pedir permiso y acceder a su pasadizo.
Para entrar en él es necesario bajar por un túnel por medio de una escalera de madera. Al entrar es impresionante la brisa y el ambiente que se siente dentro de la cueva, pero para cada persona es diferente según sus percepciones, explicó Pedro Ayuso.
Otra de las actividades es el paseo por el huerto de las plantas medicinales y la inmensidad de vegetación que se encuentra, como son los árboles de ceiba, los más predominantes; jícaras, el hachin, chukú.
Incluso es un buen sitio para organizar un picnic en familia o con amigos. Para el servicio de alimentos es con previa reservación o en su caso las personas pueden llevar sus respectivos alimentos.
Para aquellas personas que quieran un recuerdo se mantiene abierta la tienda, donde se pueden encontrar desde bolsas, productos de miel para diferentes usos, como lo son para los ojos, pomadas para piel, entre otros, incluso tienen una gran variedad de figuras de aluxes talladas en madera de cedro, llaveros y más productos.
El mirador está entre la carretera de Hopelchén y Umán. Para más información o alguna reservación pueden comunicarse al número 9971-28-86-42 con el encargado del lugar.
Hacienda San Ignacio de Oxholón
La siguiente parada del recorrido por las bellezas escondidas que resurgen en Muna es en la hacienda San Ignacio de Oxholón (San Ignacio en nombre del fundador y Oxholón que significa “lugar de abejorros donde hay ramones”). Hace unos cuatro meses se realizó su inauguración y está ubicada en la carretera Oxholón-Samahil, muy cercana al cenote de Poxilá.
Fundada alrededor de 1811, conserva una fachada colonial restaurada y renovada pintada con paredes rojas y blancas en su exterior y tonos cálidos en su interior. Hay vegetación por todas partes, como árboles de flamboyán y pasto fresco, podado y cuidado.
En su interior mantienen una decoración de antigüedades con mesas y sillas de madera talladas, vajilla original francesa, candelabros, cuenta con cuatro recámaras y amplios espacios que conectan con cada parte de la hacienda.
Los cuartos tienen sus respectivos sanitarios y hay un área de tanque o noria, terraza en la planta alta y cuatro jardines: el jardín de ceiba, jardín de flamboyán y dos jardines principales.
Además, hay estacionamiento para 300 vehículos, área de cocina, de catering, mirador, baños para invitados en caso de fiestas y sanitarios aparte para personal de servicio de limpieza o comida.
Entre los paquetes que manejan está la renta de la hacienda para bodas, bautizos, cumpleaños y pasadías de una a 50 personas por un precio de $20,000. El precio por noche es de $3,000.
Actualmente por el evento más grande para 1,000 personas se pagan $70,000 por toda la hacienda, para eventos desde bodas, bautizos, cumpleaños y más.
En sus alrededores hay fuentes de agua danzantes y acueductos que llegan a fuentes decorativas. En toda la hacienda han mantenido el área natural y siguen en la labor de rescate de otras áreas. Sin embargo, ya está en funcionamiento para recibir a las personas.
La comida que ofrecen es 100 por ciento yucateca. Es un negocio familiar y quien maneja el área de comida es parte de la familia.
Sin duda alguna la hacienda, perteneciente a la familia Loría Puerto, tendrá mucho auge para grandes eventos a los que pueden asistir numerosas personas.
La familia ha sacado el mayor provecho del lugar para que sea un recinto agradable.— Vanessa Argáez
