El gran protagonista de la jornada electoral en Yucatán fue el ciudadano, por su extraordinaria afluencia a las urnas, que muestra su alto nivel de cultura política, expresada específicamente en la participación, independientemente de su preferencia partidaria, afirma el doctor Luis Ramírez Carrillo, analista político e investigador de la Uady.
El interés en participar se observó en el hecho de que muchos ciudadanos llegaron a las mesas de votación desde la madrugada y hubo uno que lo hizo incluso en ambulancia, añade.
Preocupación en la ciudadanía
En la jornada de ayer también pude ver, dice el doctor Ramírez Carrillo, a una ciudadanía preocupada por los resultados de la elección que, me parece, iba dirigida más bien a la preocupación por un eventual triunfo de Morena y de “Huacho” Díaz.
Pero esta preocupación se vio, al mismo tiempo, del otro lado. Los seguidores de la 4T igualmente estaban inquietos por los resultados, ya sea por interés o por una verdadera preferencia política.
“En ambos casos, empero, los ciudadanos mostraron una mayor conciencia de la importancia de su voto en estos comicios, algo rara vez visto, creo yo. La gente demostró que sabía lo que estaba en juego: el temor a una profundización del régimen de López Obrador o el deseo de que ésta se profundice”.
Otro elemento que se vio el domingo es que la ciudadanía rebaso al organizador de las elecciones, por el atraso en la instalación de las casillas.
“No diría que el árbitro resultó el perdedor de la jornada, pero sí quedó a deber…”.
Según Ramírez Carrillo, otro elemento a destacar fue el aguante de los ciudadanos, muchos de los cuales hicieron fila para votar con temperaturas de 42 grados y aun así la gente se aguantó.
Papel de las mujeres en la elección en Yucatán
También fue interesante la participación de las mujeres, que el domingo fue copiosa y que en el caso de Yucatán es un hecho digno de señalarse, dice.
“Ya se habla de una participación total superior al 72% que colocará al estado en los niveles más altos de participación en el país”.
Finalmente, añade Ramírez, se puede destacar el papel de la seguridad pública, que no estuvo en manos del Ejército. El trabajo de la Policía Estatal fue muy eficaz, “su presencia se vio en muchas casillas y, me pareció, la gente no lo tomó a mal”.
La proclamación de “Huacho” Díaz de su triunfo, fue bastante triste. El anuncio lo hizo en una conferencia de prensa acompañado de su guardaespaldas y comisario de su partido, César Raúl Ojeda Zubieta, un personaje bastante siniestro de la política tabasqueña.
Titiritero
La subordinación de Joaquín Díaz a la presencia de Ojeda Zubieta incluso físicamente en términos de actitud corporal y visual, fue muy evidente. Ojeda, como titiritero, lo llevó, lo sentó, lo instruyó para que se proclame ganador, le dio la palabra y se la quitó.
Actitud sumisa
El discurso de “Huacho” confirma la tesis de que su actitud sumisa nos permite augurar que si llegara a ser gobernador viviríamos una situación de una pérdida de la mínima autonomía federal que aún tiene Yucatán como estado, una supeditación total a los designios centrales.