En esta temporada de calor, el riesgo de sufrir deshidratación aumenta considerablemente, especialmente en niños y adultos mayores.
La deshidratación es una condición que ocurre cuando el cuerpo pierde más líquidos de los que consume, explica la nutrióloga Judith Elizabeth Moo Huchín.
La especialista señala que existen diversas causas que pueden provocar la deshidratación, entre ellas la exposición prolongada al sol, la actividad física sin una hidratación adecuada, las diarreas, los vómitos y la sudoración excesiva.
La nutrióloga enfatiza que es un error pensar que cuando uno suda está quemando grasa, cuando en realidad solo se está perdiendo agua, lo que puede llevar a la deshidratación si no se repone a tiempo.
Algunas personas son más propensas a deshidratarse, como los niños pequeños, quienes pueden perder líquidos rápidamente debido a vómitos o diarreas, y los adultos mayores, ya que “pierden la sensación de sed y pueden pasar un día sin tomar agua sin darse cuenta porque no sienten sed”, detalla la especialista.
Las personas con enfermedades crónicas, quienes consumen muchos medicamentos y aquellas que realizan actividad física intensa también deben prestar especial atención a su hidratación diaria.
La nutrióloga Moo Huchín informa que la deshidratación puede manifestarse con síntomas, como boca seca, dolor de cabeza, sed intensa, náuseas, vómitos y mareos. “Cuando estos síntomas se agravan, pueden llevar a un golpe de calor”, señala.
Para evitar la deshidratación, la nutrióloga subraya que “la primera opción siempre debe ser el consumo de agua natural”. Se recomienda ingerir entre 2 y 3 litros de agua al día, aunque esta cantidad debe aumentar en personas que realizan ejercicio o están expuestas a altas temperaturas.
“No debemos esperar a tener sed para beber agua, porque cuando ya sentimos sed, nuestro cuerpo ya está deshidratado”, advierte.
También recomienda consumir frutas con alto contenido de agua, como sandía, naranja, fresa, toronja, pera y mandarina; aumentar la ingesta de líquidos en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia; hidratarse antes, durante y después del ejercicio; llevar siempre una botella de agua, especialmente en días calurosos, al salir a la calle; en caso de deshidratación severa, recurrir a sueros orales disponibles en farmacias; evitar refrescos y bebidas alcohólicas, ya que “aunque sean líquidos, no hidratan y pueden causar más deshidratación”; y no consumir bebidas energizantes, ya que “además de contener altas cantidades de azúcar, pueden provocar problemas cardíacos”.
Asimismo, recomienda mantener una alimentación balanceada y evitar alimentos preparados en la calle, ya que pueden estar expuestos a bacterias y causar enfermedades gastrointestinales que deriven en deshidratación.
Ante el aumento de las temperaturas, la especialista recalca la importancia de mantenerse hidratado. “Aunque todavía no sentimos el calor más fuerte, es importante comenzar desde ahora a consumir suficiente líquido y evitar la exposición prolongada al sol”, concluye.— IVÁN CANUL EK
Recomendaciones
La nutrióloga Judith Elizabeth Moo Huchín recomienda consumir frutas con alto contenido de agua, como sandía, naranja, fresa, toronja, pera y mandarina; aumentar la ingesta de líquidos en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia; hidratarse antes, durante y después del ejercicio, entre otras cosas.