Mérida, Yucatán.- Las escenas de perros callejeros no empiezan en la esquina: empiezan en casa. Alguien “trae” un perro o un gato por impulso; otro “da permiso”, pero nadie acuerda tiempos, gastos ni reglas. Meses después, el animal estorba: primero hay abandono intradomiciliario y luego termina en la calle o en un refugio.
“La población que hoy tenemos —casi 700 animales— se originó en las casas de otras personas”, resume para el Diario Silvia Cortés Castillo, fundadora de Evolución Animal A.C., al subrayar que el fenómeno no es un problema de refugios ni del gobierno, sino social.
La entrevistada identifica una raíz cultural: se trata a los animales como accesorios o productos.
Animales son vistos como objetos y, como tal, terminan abandonados, en la calle
Cortés Castillo expone: “Hay gente buscando adoptar, pero buscan como si estuvieran haciendo supermercado: ‘lo quiero chiquito, blanco, de pelo rizado’; o bien: ‘grande, peludo, negro; si tiene una mancha blanca en el pecho’. Buscan productos. No se dan cuenta de que, cuando uno adopta, elige compañeros de vida, no cosas”.
Esa mentalidad, indica, se refleja en una cifra:
“El 90% de los animales que tenemos acá —alrededor de 450 perros y casi 200 gatos— nunca será adoptado, porque la gente puede entrar, estar entre todos ellos y salir diciendo que no encontró nada.
“Y si buscan chicos, les podemos mostrar razas pequeñas; pero entonces: ‘este está muy viejo’, ‘este no es gris como lo quiero’.
“Buscan productos, satisfacer su expectativa. No buscan a ese compañero al que se debe elegir por afinidad de personalidades, por el nivel de energía y por las características de los otros miembros de la familia”, indica.
Refugios son rebasados: “solo uno más”
Aunque rebasado por la demanda y con menos donantes, el albergue de Evolución Animal cumple: es un espacio digno, decoroso, donde los animales están bien alimentados, aseados, atendidos y vigilados; se procura su salud física y emocional, con la esterilización como eje.
“Si dejamos de cubrir sus necesidades emocionales, ya no estaríamos cumpliendo el objetivo”, señala, entrevistada en el refugio que se ubica en la calle 19 de la colonia San Lorenzo, en Umán.
Por bienestar, no admiten ingresos indiscriminados. Aquí ya no caben más sin afectar la promesa central: dignidad y cuidado.
Silvia Cortés explica: “La frase ‘es solo uno más’ la repetimos tantas veces que hemos llegado a un punto en el que todo se ha multiplicado. Ya no tenemos capacidad para mantener saludablemente a más animales”.
Abunda: “Los caninos marcan sus territorios a través de la orina, con sus olores. Cuando uno de otro espacio se pasa al de otro grupo, vienen confrontaciones entre ellos.
“Esto eleva el estrés y reduce su salud emocional. Lo vemos todos los días y vemos cómo ocurren esos momentos de conflicto; por lo cual siempre tiene que haber una persona pendiente en el albergue para vigilar que esos momentos no escalen a un pleito físico. Conscientes de todo esto, decimos que aquí ya no caben más animales”.
La directora de Evolución Animal reitera: “No nada más por una cuestión de espacio físico, sino porque el objetivo de este lugar es proveerles un espacio seguro en donde podamos cubrir todas sus necesidades mientras son adoptados. Si desatendemos sus necesidades emocionales, entonces ya no estamos cumpliendo nuestro objetivo”.
Enfrentan desafíos económicos
También inciden razones económicas: “Cada vez son menos las personas que donan. Lo que vemos de los donadores que dejan de ayudar es que su situación económica está cambiando”.
“Llaman para disculparse y ofrecen ayudar cuando su economía vuelva a mejorar. Entonces, cada vez nos cuesta más trabajo lograr los recursos que se necesitan para los que ya tenemos. Si no logramos cubrir las necesidades de alimentación y salud —honorarios médicos, revisiones, medicamentos, insumos de limpieza, tanto individuales como de sus espacios—, no estamos logrando cubrir todo eso”.
Personas abandonan mascotas a las puertas de refugios saturados
Es una realidad que no ven quienes, a toda costa, desean trasladar a otros (los refugios) una mascota que ahora les representa un problema.
“Explicamos que ya no podemos recibir más animales. Aun así, nos los vienen a dejar en la puerta: en bolsas de plástico, bolsas de material reciclable, cajas de cartón, guacales; amarrados, encadenados en la reja, en los postes; tirados encima de donde quitamos la basura. Nos los dejan en cualquier parte de acá.
“A pesar de pedir el favor de que no traigan más animalitos, los siguen abandonando afuera de las instalaciones. Por eso nuestra sobrepoblación no ha disminuido, a pesar de las adopciones que logramos”.
Convenio con FGE Yucatán para recibir animales, pero sin presupuesto
Desde 2013, Yucatán tipificó como delito el maltrato y la crueldad contra animales domésticos.
Ese mismo año la asociación pactó con la Fiscalía General del Estado (FGE) de Yucatán un convenio para recibir animales asegurados en cateos u otros operativos, a fin de que no mueran en depósitos improvisados.
El convenio es indefinido, pero no obliga a canalizar todos los casos a Evolución Animal; con la existencia del Centro Municipal de Atención Animal (CEMAA), algunos ejemplares se envían allí.
Ningún caso, sin embargo, llega con presupuesto. La asociación nunca ha recibido recursos públicos: “no existe el canal administrativo” para donativos en especie o servicios a refugios. No reciben apoyo municipal, estatal ni federal.
Sostener la causa del refugio implica un enorme esfuerzo que merece apoyarse.
“El sostenimiento tiene que buscarse a través de distintos canales para reunir recursos”, explica Cortés.
“Hacemos ventas de garaje y bazares; si en casa tienen algo que todavía sea útil —muebles, electrodomésticos, ropa, zapatos, juguetes, cualquier cosa—, con gusto lo aceptamos”.
“También tenemos productos propios a la venta. Realizamos rifas; los invitamos a estar pendientes en nuestras redes sociales para saber cuándo realizamos alguna. La más reciente nos costó muchísimo trabajo: en Facebook tenemos más de 73,000 seguidores y vender solo 500 números nos tomó más de dos meses. Cada vez nos cuesta más reunir los recursos que necesitamos”.
Puedes apadrinar una mascota
Asimismo, cuentan con la figura del apadrinamiento: “Se puede escoger a alguno de los animales que tenemos. Una persona se vuelve padrino de uno de ellos, donando la cantidad que desee —mensual o quincenalmente— por el período que pueda. Le enviamos información del perrito que haya escogido para que sepa cómo va su actividad dentro de la asociación”.
Pirotecnia afecta a los animales; llamado ante fiestas patrias
La directora de Evolución Animal hace dos llamados a la ciudadanía:
Sobre la pirotecnia, en fiestas patrias: “Eviten su uso. Seamos empáticos e informémonos sobre las consecuencias graves para los animales. A menudo olvidamos que son de otras especies y que sus sentidos —en especial el oído— están más desarrollados que los nuestros”.
“Los estruendos no solo aterrorizan a perros y gatos: muchos escapan, se pierden —sumándose a la población en situación de calle— o mueren”.
Y la adopción responsable: “Los invitamos a adoptar, no a comprar. Las vidas no tienen costo: tienen un valor especial para cada ser”.
“Nuestras comunidades cambian cuando practicamos respeto, empatía, compasión y consideración. No podemos obligar a nadie a no comprar, pero los cambios sociales surgen de la suma de cambios individuales. Empecemos en casa”.