Un Día sin Auto es una iniciativa creada en 1999 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que busca sensibilizar a la población sobre las consecuencias negativas del uso irracional del vehículo y promover alternativas más sostenibles, y urge adoptarla.
Así lo consideró René Flores Ayora, auditor en Seguridad Vial por el Centro Nacional de Prevención de Accidentes.
“La historia de esta crisis de movilidad se remonta a los años 70, cuando la OPEP dejó de suministrar petróleo a varios países debido a conflictos entre países árabes e Israel. Entonces comenzó la búsqueda de alternativas de movilidad”, explicó.
Conmemoran el Día Mundial sin Auto
El auditor remarcó que el Día Mundial sin Auto, conmemorada ayer 22 de septiembre, tiene como objetivo concienciar tanto a responsables políticos como a ciudadanos sobre los efectos nocivos del uso excesivo del automóvil en la salud y el medio ambiente.
A pesar de la relevancia de esta iniciativa, el auditor lamentó que el concepto del Día Sin Autos aún no cala con profundidad en la ciudadanía.
“Casi la mitad de los trayectos urbanos en automóvil en Mérida no superan los tres kilómetros, una distancia que podría recorrerse fácilmente en bicicleta o a pie”, comentó.
“El Día sin Autos es una oportunidad ideal para dejar el automóvil en casa y optar por medios de transporte más sostenibles, lo que también mejora notablemente la salud de quienes utilizan la bicicleta o caminan”, agregó.
Flores Ayora citó ejemplos de ciudades como Bogotá y Medellín, que establecieron con éxito el Día Sin Autos, donde los ciudadanos respondieron positivamente a esta medida.
Opinan que el Día sin Auto beneficiaría a Mérida
También coincidió con otros ecologistas en que “en Mérida aún nos falta mucho por hacer para instaurar acciones de este tipo. A mediano o largo plazo, sería beneficioso considerar un día sin autos en nuestra ciudad”.
El auditor consideró que para que esta iniciativa tenga éxito es fundamental apuntalar el sistema de transporte público, que es la columna vertebral de cualquier ciudad.
“Las ciclovías comenzaron a construirse con fondos federales a partir de la pandemia de Covid-19, eso fomentó el uso de medios de transporte alternativos como la bicicleta y el scooter, pero nos falta mucha educación vial”, enfatizó.
Compromiso de autoridad y sociedad
En su opinión, es necesario un compromiso conjunto de la sociedad y las autoridades para transformar la movilidad urbana en Mérida y promover un estilo de vida más saludable y sostenible.
“Es hora de que tomemos en serio la movilidad sostenible y trabajemos por un futuro mejor para nuestra ciudad”, sentenció, al invitar a la comunidad a replantear sus hábitos de transporte y a adoptar alternativas que beneficien tanto a la salud pública como al medio ambiente.