MÉRIDA.- Pese a la lluvia y las obras en calles cercanas, que complican la vialidad en la zona, los comensales siguen llegando a la Tercera Feria del Salbut en San Sebastián.
Hasta poco después de las 2 de la tarde, ni la lluvia ni las obras de reparación de calles en La Ermita de Santa Isabel habían detenido el paso constante de personas que, a lo largo del día, han acudido a la feria gastronómica.
Turistas llegan a la Feria del Salbut en Mérida
El evento, que concluirá a las ocho de la noche, ha recibido visitantes de todas las edades, incluso nacionales y extranjeros que llegan para disfrutar de uno de los platillos más representativos de la gastronomía yucateca.
A la hora del almuerzo, la lluvia sorprendió al centro de Mérida, pero ni eso fue impedimento para que las personas continuaran arribando, algunas llegaron con paraguas o resguardándose con bolsas, decididas a no perderse del tradicional sabor del salbut.
Con más de 25 variedades disponibles entre ellas de pavo, huevo, queso de bola, relleno negro, camarón y carne asada, los salbutes se ofrecen a precios accesibles: 18 pesos la pieza y 25 los de mariscos.

Otros antojitos y comidas en San Sebastián
Además, se pueden encontrar otros antojitos como tamales colados, empanadas y postres, lo que amplía la oferta culinaria para quienes se acercan al barrio de San Sebastián en busca de buena comida.
El cambio de sede al interior del mercado ha resultado favorable, brindando mayor comodidad a los asistentes y protección ante las inclemencias del tiempo.
Durante el día, se ha podido disfrutar de música en vivo, como el guitarrista Ricardo Ku Cadena, quien amenizó la hora del almuerzo.

También hubo actividades para niños, como el payaso Ricardín, y la presencia de emprendedores y artesanos, quienes ofrecen una variedad de productos locales, sumando valor al evento.
Feria del Salbut en San Sebastián, en busca de consolidarse
La Feria del Salbut se ha ido consolidando como una cita esperada por los meridanos, uniendo tradición, cultura y gastronomía en el corazón de uno de los suburbios más antiguos de la ciudad. El barrio mágico de San Sebastián.

Entre los asistentes, la familia Solís Ku compartió su entusiasmo por esta tradición gastronómica.
Sentados en una de las mesas del mercado, disfrutaban de panuchos de relleno negro y de queso de bola, especialmente elegidos para los más pequeños de la casa.
“A mis hijos les encantan los panuchos desde que eran nenes, siempre que hay un evento así venimos a comer juntos”, comentó la señora Solís, mientras ellos saboreaban felices sus antojitos.










