Jmeenes y wáayes, los brujos de Yucatán: entre la curación y la maldad
MÉRIDA.- Dentro de la cosmogonía maya existen brujos buenos y malos, aunque no se les conoce con esos nombres. Sus saberes y conocimientos acompañan los ciclos de vida, al grado de curar o causar la muerte. Así lo explica el antropólogo Alberto Velázquez Solís, catedrático de la Universidad Intercultural de Campeche.
Por un lado está el jmeen, que es el médico/sacerdote especialista en rituales, tanto agrícolas como de curación. También se le relaciona con prácticas de adivinación y restitución de la salud a través de plantas medicinales, rezos y limpias.
En el lado opuesto está el ajpuul yaaj. Se dice que son los jmeenes que se pasaron al lado oscuro y que en lugar de curar, causan daño, dolor o maldad, detalla el investigador. “Hay algunas versiones que cuentan que para poder sucumbir ante la sombra uno incluso tiene que matar”.
@diariodeyucatan Wáayes en Yucatán: los brujos malos o guardianes. Estas es la #leyenda ♬ sonido original – Diario de Yucatán
¿Quiénes son los jmeenes y qué hacen?
Velázquez Solís explica que el bien y el mal están presentes en el sistema de creencias maya; por tanto, el especialista ritual forma parte importante de la comunidad, ya que también es el creador de los conocimientos que forman este sistema.
Y es que entre sus funciones está la de regular una serie de elementos como la sangre, la energía o el aire. “Hay que entender la concepción maya sobre el cuerpo. No únicamente tiene órganos, sangre y huesos, sino que existen otros elementos: el aire, el pixán (el alma), que se pueden desequilibrar y por lo tanto, generar diferentes males.
“Uno no puede llegar de la milpa y entrar a su casa directamente porque está caliente, entonces primero se queda afuera para que el cuerpo se refresque, porque si no, pues le podemos pasar calenturas a los niños pequeños o a los muy, muy viejitos. Les podemos transferir ese cambio de energía y se puede enfermar”, detalla.
“De un niño, decimos en el pueblo ‘lo ojearon’, o sea él tiene mal de ojo…Y muchas veces pasándole un huevo o ciertos objetos, se transfiere la maldad que tiene el cuerpo a este objeto”, señala el catedrático al describir algunas creencias.
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Además del lado médico, el jmeen también es el encargado de hacer los rezos en las ceremonias agrícolas, por ejemplo, en el Cha’a Cháak es el encargado de llamar a los aires para que bajen “y obviamente también de regresarlos”.
El especialista agrega que el sistema creyente maya ya es sincrético. Participan tanto los santos católicos como los aluxes, yunciles o duendes del monte.
¿Quiénes son los ajpuul yaaj?
Sobre el ajpuul yaaj, el maestro en Antropología Social detalla que es difícil que alguien admita que lo es. Sin embargo, al creer que existe la maldad, existe también quien la genera.
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“Muchas veces son estas personas las que se pueden convertir en wáay, precisamente por la relación de este con la maldad… Nos han contado todo tipo de historias. Desde que es como una especie de lobo que se transforma… Sin embargo, uno puede pensar que es más como una especie de avatar.
“Es decir, uno tiene su animal guardián y lo que logra es ver a través de los ojos de ese animal. Entonces, no es como tal que te conviertas en él, sino que logras tener una conexión muy profunda. De tal manera que lo que le pase también te pasa a ti y por eso a veces lo planteamos en términos de avatar”.
“Hay narraciones que te dicen: ‘Mi abuelo era brujo y yo veía como de repente estaba en su hamaca y se empezaba a retorcer y a girar en la hamaca. En ese momento era porque estaba viendo a través de su animal, a través de su wáay”.
¿Qué son los wáayes entre los mayas?
Y hay todo tipo de wáayes. Entre los más comunes está el wáay chivo, elwáay koot o wáay-águila, el wáay peek’ o wáay-perro, el wáay toro o el wáay mis o wáay gato. Hay algunos que son buenos y otros que son malos. Por ejemplo, el wáay toro es mucho más agresivo y quizá al que más miedo le tienen los pobladores por el daño que puede causar.
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El wáay mis es fisgón y anda siempre acechando. “Cuentan que si dejas tu olla con comida y el gato va y la juega te puede generar enfermedades, tal vez hasta la muerte”.
El autor de “Conversaciones sobre los wáayes en la Península de Yucatán“, recuerda que el concepto existe desde la época prehispánica. “Se les tiene miedo, y si no, mucho respeto. Son personas a las que no debes de insultar, porque un wáay te puede venir a buscar en la noche o algo así”.
Creencias mayas de la Península
Al hablar de la existencia de estos fenómenos, el antropólogo reitera que forman parte del sistema de creencias de la gente para quienes “de que existe, existe y de que pasa, pasa”.

Para preservar todas estas creencias que se transmiten generalmente mediante la oralidad, lo primero es registrar todas esas historias que se cuentan y que llegan a tener varias versiones. “Ahora son historias pero en algún momento fueron vivencias”, señala el doctor en Antropología, adscrito a la carrera de Lengua y Literatura Maya.
Sobre la presencia de los jmeenes señala que se ha documentado que los hay en mayor medida en el oriente de Yucatán y en el “camino real a Campeche”, aunque los que hay ya superan los 50 años y cada vez hay menos.
“Ya no se está transmitiendo ese conocimiento a las nuevas generaciones, de tal manera que se está perdiendo. O sea, sigue el vigente el sistema de creencias y sigue vigente el que se practiquen las ceremonias agrícolas, pero ya casi no hay los expertos rituales”, lamenta el también autor de “Limpia, adivinación y curación en los mayas de la península de Yucatán”.
