El gobierno de México expropió más tierras para el Tren Maya, su proyecto emblemático, ahora afectó 5.0252 hectáreas de 11 ejidos de la Península de Yucatán que, a cambio, recibirán $10.614,191.27 como indemnización, con precios de 9.48 a 777.16 pesos por metro cuadrado (m2) de superficie.
Oleada de decretos expropiatorios por el Tren Maya
Una oleada de 12 decretos expropiatorios de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo se promulgó ayer lunes 29 de diciembre de 2025 en el Diario Oficial de la Federación (DOF). Todos entraron en vigor ayer mismo.
Los 12 decretos tienen fecha del 24 de diciembre pasado, así que las 5 ha de tierras fueron el regalo de Nochebuena para la empresa Tren Maya, de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) de México, a cargo del proyecto homónimo.
Los ejidos que pierden tierras por el Tren Maya
El ejido más afectado es Leona Vicario, del municipio de Puerto Morelos, Quintana Roo, pues le expropiaron 1.6057 ha. Tendrá la segunda mayor indemnización, 4 millones 431 mil 571 pesos 43 centavos, y su tierra es la tercera más valiosa: ya que el m2 vale 275.99 pesos.
A su vez, Tixpéhual es el ejido con menos tierra expropiada, 0.0136 ha (136 m2). Aunque tendrá la séptima mayor indemnización, $64,169.33, esta tierra yucateca tiene el segundo precio más alto por m2 ($471.83).
Los terrenos más y menos valiosos
Kanasín es el ejido con la tierra más valiosa, pues le pagarán $4.763,246.32 por la expropiación de 0.6129 ha, es decir, $777.16 por m2 de terreno.
En el otro extremo está Allende, ejido de Othón P. Blanco (Chetumal), en el sur de Quintana Roo, ya que le pagarán 9.48 pesos por m2. Aunque le expropiaron la segunda mayor superficie, 0.6176 ha, tendrá la cuarta menor indemnización, 58,548.48 pesos.
La menor paga
Por su lado, el yucateco Yodzonot, ejido ubicado en Yaxcabá, recibirá la indemnización más baja, $3,079.92, ya que le expropiaron 0.0199 ha y le tasaron el m2 en $15.47, lo que convierte a su tierra en la tercera menos valiosa de los 11 ejidos afectados.
Doblete expropiatorio
Mientras que Tahdzibichén, ejido de Mérida, resalta porque le hicieron dos expropiaciones. En un primer decreto le mermaron 0.4212 ha, con indemnización de $459,175.99 ($109.01 por m2) y en el otro, 0.1507 ha con un pago de $167,371.03 (a $111.06 el m2).
Expropiaciones por entidades para el Tren Maya
La línea azul muestra la ubicación de los ejidos de Campeche y Quintana Roo a los que el 29 de diciembre de 2025 les expropiaron tierras para el Tren Maya 
La línea azul muestra las ubicaciones de los sietes ejidos de Yucatán a los que les expropiaron tierras para el Tren Maya, excepto Xkumil (Temozón), cuya localización no aparece en Google Maps
Por estados, las expropiaciones, todas para la construcción de obras y la operación del Tren Maya, son las siguientes:
Campeche: Solo a Conhuas, ejido del sureño Calakmul, le afectaron 0.0636 ha; la indemnización será de $9,817.55, o sea, $15.43 por m2 de tierra.
Quintana Roo: A los tres ejidos Leona Vicario, Allende y Pedro Antonio de los Santos (del sureño municipio de Bacalar) les expropiaron 2.6686 ha y sus indemnizaciones suman $4.802,074.81.
Yucatán: A los siete ejidos de Tahdzibichén, Kanasín, Tixpéhual, Yodzonot, Yalcobá (Valladolid), Xkumil (Temozón) y Sisbicchén (Chemax) les afectaron 2.293 ha a cambio de $5.802,298.91 de indemnización.
Al ejido Yalcobá le expropiaron 0.1423 ha con la orden de indemnizarlo con $22,023.79; a Xmumil, 0.533 ha ($261,417.31), y a Sisbicchén, 0.3994 ha ($61,815.21).
El monto de cada indemnización lo estableció el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (Indaabin), con base en el valor comercial de la tierra, dicen los decretos.
Asimismo, los decretos indican que la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) federal ejecutará las expropiaciones, y las tierras ocuparán definitivamente, solo cuando la empresa Tren Maya acredite que ya pagó las indemnizaciones a los ejidatarios.
Además, dicen que el Fideicomiso Fondo Nacional de Fomento Ejidal podrá reclamar las tierras si se destinan a un fin distinto o vence el plazo de cinco años sin que se usen para el proyecto del Tren Maya.