CIUDAD DE MÉXICO.- En su editorial en el semanario Desde la Fe la Iglesia católica pidió evitar una tercera ola de Covid-19 en el país en las vacaciones de Semana Santa, que empezaron este fin de semana con playas y aeropuertos repletos de turistas.
“Este tiempo de Semana Santa no es para desentenderse de la realidad que vivimos y emprender acciones que pongan en riesgo a otras personas”, indicó.
“No es tiempo de aglomeraciones, ni de fiestas, ni de ser parte de ese riesgo de una tercera ola”, agregó.
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La advertencia de la Iglesia llega cuando México acaba de superar los 2.2 millones de casos confirmados y más de 200,000 muertes de Covid-19, la tercera cifra de decesos más alta del mundo.
Después de semanas de caídas en los contagios tras el pico de enero, el más mortal hasta ahora con más de 30,000 decesos, el gobierno reconoció la “amenaza de una tercera ola“.
Prevén 5 millones de turistas en Semana Santa
Aun así, la Secretaría de Turismo (Sectur) estima para la próxima semana de vacaciones una ocupación hotelera general del 58% con la llegada de 5 millones de turistas y una derrama económica de 12,000 millones de pesos.
En tanto, la Iglesia católica anunció límites en los aforos permitidos y la realización virtual, por segundo año consecutivo, del viacrucis de Iztapalapa, uno de los más grandes del mundo.
“Llegamos a la Semana Santa 2021 con muchas heridas que aún están abiertas, con la esperanza que nos dan los primeros meses de la campaña de vacunación, pero también con una clara advertencia sobre una tercera ola de contagios”, escribió la Iglesia hoy.
México es el segundo país con más católicos del mundo, con 97.8 millones de habitantes que declaran pertenecer a esta religión, 77.7% de su población total, según el último censo 2020 del Inegi.
Sin entender un mensaje
La Iglesia también recibió críticas durante la pandemia por realizar festividades pese a la amenaza del coronavirus, como las multitudes que acudieron al templo de San Hipólito de Ciudad de México para celebrar a San Judas Tadeo en octubre pasado.
“Un año después pareciera que no entendimos el mensaje del papa Francisco para voltear hacia lo que realmente importa”, señaló.
“Reconocer que, si buscamos la salvación, no somos autosuficientes, que solos nos hundimos, pero que juntos, de la mano de Dios, podremos superar esta crisis”, reflexionó.