México vive al estilo de 1984, la novela de George Orwell, bajo el escrutinio del ojo vigilante del “gran hermano”; aunque la realidad supera, por mucho, la ficción, en una sociedad con mentiras institucionalizadas y mecanismos de vigilancia opresivos.
El Ministerio de la Verdad, la Policía del Pensamiento, el Ministerio de la Paz, el Ministerio del Amor, Ministerio de la Abundancia, no, no son secretarías de la 4T que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, son organismos ficticios de la distopía de George Orwell para disfrazar embestidas y manipular.
El espionaje es el sustento de acciones del obradorismo para denostar, perseguir e intimidar a personajes de la vida pública nacional. Hecho grave porque se utilizan los recursos de inteligencia del Estado no para atender conflictos que afectan al país y a la sociedad, sino para exclusivo uso político.
El periodista Raymundo Riva Palacio ha dado seguimiento al tema para documentar la “confesión de parte” que ha hecho el presidente Andrés Manuel López Obrador, al mostrar en su atril mañanero las listas de 17 personas que se siguen tanto en sus actividades personales cotidianas como en sus actividades públicas y señala la ” desfachatez del poder para burlarse de la nación y presumir el espionaje“.
Previamente, el pasado 13 de octubre, AMLO, ante los ojos de todo el país, ya había hecho público que sigue de cerca a ciertos personajes al confeccionar un listado de posibles candidatos de la oposición, con información de los organismos de seguridad, quienes dan seguimiento a los actores políticos con mayor activismo en el tema.
En esta ocasión, Raymundo Riva Palacio señala que 17 personajes, entre ellos líderes partidistas, legisladores, gobernadores y personalidades, son vigilados de manera sistemática por las instancias gubernamentales. Esto sucede del mismo modo que ocurrió en gobiernos del pasado y a pesar de que el presidente en turno lo niegue. En los hechos se desmiente y exhibe.
AMLO, el ‘gran hermano’ que presume el espionaje
En su columna de hace una semana para El Financiero, Raymundo Riva Palacio indica que el 14 de noviembre, AMLO dio un paso más en mostrar cómo los organismos de “inteligencia” detectan los movimientos de distintas personalidades que ellos consideran “adversarios del gobierno” o les son incómodos a partir de las declaraciones que han hecho para señalar un desacuerdo o un desacierto gubernamental.
AMLO exhibió una lista parcial de los asistentes a la marcha en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE) para pretender reducir una inusitada expresión ciudadana a un asunto de políticos que acudieron a la misma.
“López Obrador difundió el fragmento de un documento de inteligencia, y al hacer uso político de él, lo convirtió en material de espionaje. El informe llevaba el logotipo de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, pero, de acuerdo con funcionarios federales, su origen no se encuentra ahí, sino en el Centro Nacional de Información, el viejo Cisen. El logotipo de la secretaría se entiende porque es la responsable de coordinar los trabajos del gabinete de seguridad, el espacio donde el lunes por la mañana se presentó el reporte”, expone Raymundo Riva Palacio.
Lo más relevante es que a AMLO no le importó mostrar un documento de seguridad para denostar tanto a la movilización misma como a los asistentes a quienes ellos dan seguimiento personal. Así, el mandatario convirtió en espionaje político un instrumento de seguridad del Estado.
La Iglesia católica, también bajo el espionaje del ‘gran hermano’
Otro dato trascendente es que también ha incluido a la Iglesia católica mexicana en la lista de objetivos bajo espionaje, tanto por las expresiones que dan en sus homilías como en las posiciones públicas, transparentes, de rechazo a las campañas difamatorias del INE y de que la reforma presidencial pone “en riesgo nuestra incipiente democracia y las libertades que hemos conquistado como nación mexicana”.
Ahora, los integrantes de las Arquidiócesis, como la de Xalapa, encabezada por el arzobispo Jorge Carlos Patrón, han sido integrados a la observación, la escucha, el espionaje gubernamental.
Pero no sólo AMLO ha mostrado sin ningún decoro el uso político del espionaje gubernamental, para favorecer su proceso de sucesión como único tema que le preocupa.
AMLO, el ‘gran hermano’ que presume el espionaje, es ejemplo de Layda Sansores
La gobernadora Layda Sansores se da el lujo de emplear audios de escucha ilegal, todas las semanas, contra políticos que desean debilitar. Fue el caso del presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional, “Alito” Moreno y, en días recientes, el golpeteo en contra del presidente del Senado, Ricardo Monrreal, a quien desean fuera de las filas del partido en el gobierno y se ha convertido en una pieza incómoda para los planes sucesorios presidenciales.
Así en abierta violación a la ley, el obradorismo ha hecho del espionaje un cuestionable instrumento ilegal de uso político.
¿Qué personajes son sometidos a espionaje por AMLO, al estilo del ‘gran hermano’?
- Vicente Fox
- Elba Esther Gordillo
- Roberto Madrazo
- Alejandro Moreno
- Margarita Zavala
- Claudia Ruiz Massieu
- José Narro
- José Woldenberg
- Miguel Ángel Osorio Chong
- Emilio Álvarez Icaza
- Jesús Zambrano
- Marko Cortés
- Donaldo Colosio
- Jesús Ortega
- Fernando Belaunzarán
- Claudio X. González
- Arzobispo Jorge Carlos Patrón
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¿Quién es el ‘gran hermano’, de la novela 1984 de George Orwell?
En la novela de Orwell, 1984, el “gran hermano” es un personaje que representa a un líder inaccesible, tirano. Inundan todos los sitios con imágenes suyas por todas partes con un texto que reza “el gran hermano te vigila”; graban imágenes, audios, observan a todos en todo momento, no existe la privacidad mínima.
La vigilancia permanente del “gran hermano” es con el objetivo de controlar, amedrentar, manipular. De ahí el nombre de aquél famoso reality show donde los concursantes eran grabados las 24 horas del día: Big Brother.
El autor también hace referencia a los “dos minutos de odio”, lapso en el que permitían a las masas injuriar y maldecir a los enemigos frente a una pantalla. Hoy, el símil podrían ser las redes sociales.
