Tunkul Político-229
Por Sac-Nicté
¡Hola amables lectores! Última del año la semana que vamos terminando. Los Tunkules Amigos se la pasaron girando sin parar en reuniones amistosas, checando pendientes y repasando los acontecimientos del año que finaliza, pero como siempre, hicieron llegar sus acostumbrados mensajes, por lo que pasamos de una buena vez ¡A darle!
El cierre de este año 2017 no es de lo mejor, pues durante esta última semana, nuestro pobre pesito tuvo una nueva caída en su devaluación y otra vez superó el número de veinte de ellos por cada dólar.
La violencia en el país no solo no se detuvo o disminuyó, sino que los 365 días pasados, se inscriben como los más caóticos de los últimos 20 años de nuestra historia por el número de asesinatos, balaceras, secuestros, y demás horrores que genera la delincuencia.
La corrupción se consolidó como uno de los problemas más graves enquistados en el aparato público y lamentablemente, en todo nuestro entorno social.
La impunidad adquirió el rango de política pública, pues la desfachatez de los funcionarios no tuvo parangón, al tener la certeza de que sus actos de corrupción no serian castigados. Los particulares por su parte, optaron por la apatía, la resignación o la complicidad, ante el aparente muro infranqueable del “aquí no pasa nada”.
Las prácticas políticas cambiaron de formas y de fondo, pues los partidos se fortalecieron como entes de reparto de botín, mediante las imposiciones, la opacidad, la defensa de sus intereses particulares y de grupos, la intolerancia y un marcado desprecio a las necesidades y demandas sociales. Sin el mínimo pudor, con absoluto cinismo, esas cofradías dejaron de ser un lodazal, para convertirse en auténticos estercoleros.
La grilla se impuso en todos los ámbitos, pues tanto en la administración pública, los partidos, organizaciones sindicales, empresariales, e incluso en los laborales y sociales, fue utilizada como herramienta para el ascenso, la permanencia, e incluso la sobrevivencia.
La pobreza creció en su número de afectados, el poder adquisitivo de las familias de los segmentos poblacionales clasificados como de clase media, baja o popular, disminuyó en amplios porcentajes, en prácticamente el 99% de los habitantes del país. En contraparte, el 1% de los privilegiados dueños del poder económico y político, pudo alimentar sus arcas con recursos inusitados.
Así, la brecha de desigualdades económicas, políticas y sociales, se ensanchó considerablemente durante el año que termina.
Estamos a punto de iniciar el 2018, periodo que estará marcado por el proceso electoral en el que se elegirá presidente de la república, senadores, diputados federales y en el caso del x´tokoy solar, también gobernador, diputados locales y ayuntamientos.
Las precampañas, tiempo de inter campañas y el oficial de las campañas, estarán dedicados a tender cortinas de humo sobre lo impresentable, ocultar lo indefendible, presentar las mejores sonrisas y guiños de quienes aspiran a convertirse en manejadores del poder, el formato de elección de estado ya encendió sus motores en todos los órdenes de gobierno, sin importar que partido lo detente, pues esa práctica los convierte a todos en iguales.
Así que a prepararse para evitar en lo posible que de nueva cuenta nos vayamos con las fintas y los engaños.
Pero independientemente de lo que arrastramos, los Tunkules nos piden hacerle llegar amable lector, sus sinceros deseos de que el año que está por iniciar, sea pleno de salud para usted, su familia y todos sus seres queridos, pleno de voluntad y fuerzas para enfrentar y resolver cualquier problema que se presente, y desde luego, pleno también de convivencia social armónica, de desarrollo personal y de alcanzar todas las metas que se proponga.
Así que aunque la frase sea muy trillada, le deseamos un venturoso y feliz año nuevo.
Y como tenemos que prepararnos para comer las doce uvas, mejor aquí le paramos. En el siguiente intento de columna retomamos los comentarios, rumores, chismerío y todo lo concerniente a los temas de la semana, manténgase pendiente de los acontecimientos y por favor, no olvide que ¡Nos leemos el próximo año! Mérida, Yucatán, a 31 de diciembre de 2017