GINEBRA (AP).— El organismo de la ONU para los derechos humanos dice en un informe publicado ayer viernes que la instalación y expansión de asentamientos israelíes en Cisjordania y Jerusalén oriental constituyen un crimen de guerra.
El informe abarca un año, desde el 1 de noviembre de 2022 hasta el 31 de octubre de 2023, cuando se “avanzaron” unas 24,300 unidades habitacionales en los asentamientos existentes en Cisjordania, dice, la cifra más alta desde que empezaron a llevar registros en 2017. Deplora un aumento en la construcción de viviendas en meses recientes.
“Cisjordania ya está en crisis. Sin embargo, la violencia de los colonos y las violaciones relacionadas con los asentamientos han alcanzado niveles escandalosos y crean el riesgo de eliminar toda posibilidad práctica de crear un Estado palestino viable”, dijo el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk.
Presentó el informe al Consejo de Derechos Humanos el viernes.
Los informes conocidos esta semana de que Israel proyecta construir casi 3,500 viviendas de colonos en tres zonas “violan de manera flagrante el derecho internacional”, dijo.
Türk dijo que la creación y ampliación de los asentamientos equivalen a la transferencia por parte de Israel de su propia población a los territorios que ocupa, “lo que constituye un crimen de guerra bajo el derecho internacional”.
La misión diplomática de Israel en Ginebra no hizo declaraciones de pronto.
Buena parte de la comunidad internacional considera que los asentamientos son ilegales bajo el derecho internacional.
El aumento de la actividad en los asentamientos y una ola de violencia en Cisjordania en meses recientes se han visto eclipsados en gran medida por el derramamiento de sangre y el desplazamiento de palestinos en Gaza, donde el ejército israelí realiza una campaña militar contra Hamás desde la sangrienta incursión de esta en Israel el 7 de octubre.
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