CIUDAD DE MÉXICO (EFE).— La migraña, un trastorno neurológico crónico e incapacitante que afecta a más de 1,000 millones de personas en el mundo, sigue siendo poco reconocida y tratada, pese a estar entre las principales causas de discapacidad, reveló una encuesta de la American Health Foundation (AHF).
En América Latina, y particularmente en México, el impacto es severo.
La enfermedad interrumpe el trabajo, la educación y el bienestar general de los pacientes, sobre todo en sus años más productivos.
“A pesar de su alta prevalencia, especialmente en mujeres, muchas personas siguen sin diagnóstico o reciben atención fragmentada”, señaló la doctora Martha García, líder médica de Migraña en Pfizer México.
La encuesta, realizada entre febrero y agosto de 2025 en siete países de la región, documentó experiencias de pacientes con migraña moderada a severa.
En México, los datos muestran que 76% de los participantes fueron mujeres, la mayoría laboralmente activa. “El hecho de que una cuarta parte esperara más de cinco años para obtener un diagnóstico refleja la urgencia de mejorar la detección temprana”, subrayó la doctora García.
Los episodios varían en duración: 44% reportó crisis superiores a nueve horas y 8.4%. más de 72 horas.
Además, 28% de los pacientes aún no reciben un diagnóstico formal. “Este retraso genera altos costos personales, cobertura de seguro limitada y difícil acceso a servicios especializados”, añadió la especialista.
Impacto productivo
El impacto en la productividad es claro. Aunque 52.9% de los pacientes continuó trabajando durante los ataques, un fenómeno conocido como presentismo, 37% reportó menor rendimiento y 9%, ausencias frecuentes.
“Es un círculo vicioso: los pacientes trabajan con dolor, pero rinden menos y eso también afecta a sus empleadores”, apuntó la médica.
En la vida cotidiana, la afectación es profunda: 57.9% reportó limitaciones en actividades de ocio, 53.8% en tareas diarias y siete de cada diez sufren síntomas posteriores como fatiga o falta de concentración.
Además, 58% refirió frustración o ira, mientras que 39.5% reconoció depresión o tristeza. El estudio evidenció carencias en el tratamiento: 52.1% de los pacientes se sintieron poco o nada informados sobre sus opciones terapéuticas, y uno de cada tres expresó insatisfacción con la atención recibida.
“Un 43.7% afirmó que sus síntomas fueron minimizados o ignorados antes de obtener un diagnóstico, lo que genera desconfianza en el sistema de salud”, detalló la doctora García.
Finalmente, el informe llama a fortalecer la capacitación médica y crear redes de acompañamiento.
“La migraña no es invisible para quien la vive, pero la travesía del paciente es larga y llena de estereotipos. Necesitamos transformar este conocimiento en acciones que reconozcan la condición como una enfermedad incapacitante, con impactos reales en la vida de las personas”, concluyó García.
