Fotos históricas de las vacaciones en el malecón de Progreso durante la Pascua
“Mérida se trasladó el fin de semana a la costa. Un impresionante número de vacacionistas, que se instaló donde pudo, ocupó ayer domingo las playas de Sisal a Uaymitún e inclusive Telchac y otros puertos”. Así comienza la crónica de Diario de Yucatán que da cuenta del Domingo de Pascua de 1992, publicada el lunes 20 de abril de ese año. En 1991 un Norte desalentó la afluencia.
Los términos que usa la crónica y las escenas que describe son hoy día impensables, en medio de las restricciones por la contingencia sanitaria por la pandemia de Covid-19 y el cierre de los malecones de Progreso durante la Semana Santa y Pascua.
Compartimos así, fragmentos de esa y otras notas del Diario, una de hace 20 años y otra de hace 10, a fin de mostrar el contraste y los cambios en esas idas al puerto, una muy yucateca costumbre.
En 1992, con grabadora a la playa y algunos en tren
Van los detalles publicados en el Diario el lunes 20 de abril de 1992. “Progreso fue, como de costumbre, el principal centro de atracción de los paseantes que casi cerraron el malecón con los vehículos y cubrieron muy buena parte del espacio disponible en la playa. Durante tres horas, el tránsito de vehículos en el malecón fue a ‘vuelta de rueda’, con paradas ‘a cada rato’…, muchos con una cerveza en la mano o su grabadora”, se lee.
“Desde recatados trajes hasta diminutas vestimentas portaban tanto varones como mujeres en el malecón, que se convirtió en una enorme discoteca donde se oían desde rancheras, música norteña, tropicales y rap…
“La playa era una especie de hormiguero, donde habían miles de personas entraban y salían del mar y niños jugaban entre carreras en la arena, junto a tranquilos veraneantes que tomaban el sol acostados en la playa”.
Cinco mil pesos por una “caguama”
Para esas fechas se pagaba en miles. Ese domingo el precio del pescado frito “osciló entre los $15,000 y $17,000 sin tortillas ni ‘bolsitas’ de cebolla, repollo o chile japaleño. Los refrescos se vendieron a $1,000 y la gente consumió, desde los de “bolsita” hasta cocos, granizados y agua purificada que vendían varios expendios móviles a $2,000 la botella helada”. La cerveza costaba de $1,000 a $1,500 la “media”, algunas veces no muy helada, a $5,000 la “caguama” y a $3,000 la “lata”.
“Los autobuses y los taxis registraron inusitada demanda -uno de los encargados de la coordinación de los camiones aseguró que la demanda fue superior a lo que se esperaba, al grado de que perdieron el control del horario y apenas llegaba un autobús subía pasaje y regresaba a Progreso– y en las terminales de Mérida se formaron largas colas en la dominical, cálida mañana”.
En 1992 aún había tren a Progreso. La nota del Diario relata que por la mañana, el ferrocarril llevó a unas 600 personas en su primera “corrida” y más de 1,000 en la segunda y los taxis, unos 40, tampoco se dieron abasto. Los autobuses viajaban “repletos”. Similar situación, pero a la inversa, hubo por la tarde.
Pascua de 2001, con campañas en el malecón
Hace 20 años, en abril de 2001, más de 350,000 personas se volcaron a los principales puertos de Yucatán, en una jornada que fue equiparada a ‘los mejores domingos de temporada veraniega'”. En esa ocasión fue temporada electoral. “La masiva afluencia de meridanos a las playas de la costa norte para disfrutar el descanso del Domingo de Pascua, motivó ayer que candidatos del PAN y PRI se apostaran a la salida a Progreso para repartir propaganda y hacer proselitismo entre los paseantes”, publicó el Diario el lunes 16 de abril de ese año.
En ese entonces los periodos de campañas políticas eran más largos. En Yucatán, este año la contienda electoral comenzará el 9 de abril es decir, el viernes posterior al Domingo de Resurrección. La crónica narra que en 2001 los candidatos caminaron por el malecón entre los bañistas, algo que al menos en el proceso electoral de este año no ocurriría pues esa vía estará cerrada a los paseantes.
“Los equipos de campaña de ambos partidos, encabezados por sus respectivos candidatos a la gubernatura: Patricio Patrón Laviada, del frente opositor, y Orlando Paredes Lara, del PRI, se trasladaron al malecón de Progreso para continuar su labor política”, detalla el texto.
Para ese entonces los restauranteros de Sisal y Celestún cobraron a $70 el kilo de “mero grande”. Quienes cobraron a $60 el kilo, sirvieron mojarra. Ese día, “la ‘avalancha humana’ superó todas las expectativas”.
Camiones de turistas en el malecón de Progreso en 2011
Para la pascua de 2011, unas 40,000 personas llegaron solo a Progreso y sus comisarías. “Tan sólo en la zona del malecón se observó a unos 100 autobuses que arribaron de Puebla, Veracruz, Estado de México, Querétaro, Hidalgo y otros estados del país”, publicó el Diario el lunes 25 de abril de 2011.
Ese año en Sisal el kilo de pescado frito estuvo a $110 y la cerveza a $24. En Río Lagartos y San Felipe se vendió desde $80.
2020, con pandemia y sin malecón
En contraste, el año pasado, el lunes 13 de abril de 2020 no hubo páginas para dar cuenta de la jornada dominical en la costa. En su lugar hubo una nota dedicada al exhorto del alcalde Julián Zacarías Curi para no visitar las playas de Progreso. En la portada de la sección Local el título principal fue “Se quedan en Mérida. Calles y carreteras semidesiertas por la contingencia”.
Para este año, fuera de las playas del malecón, los restaurantes en Progreso están abiertos, al igual que las playas en los demás puertos de la costa yucateca. , los proveedores de servicios esperan que este año sea diferente al anterior, mientras vuelven aquellos domingos de pascua con “un impresionante número de vacacionistas”.
