(Primera columna publicada el 20 de enero de 2001)
Encima de Primera Columna está la fotografía en que Marciano Yam Cauich, con gafas, agrede por la espalda a Guillermo Vela Román, dirigente del Frente Cívico Familiar.
Con Martha Capetillo Pasos, del Grupo Indignación, el señor Vela formó una valla de escolta y escudo a los consejeros electorales cuando recibió el golpe cobarde en la calle 57, durante la violencia planeada para apoyar el desacato del gobernador y 14 diputados locales a la Federación.
Marciano Yam es un veterano “sicario” al servicio del PRI. Debutó en las páginas del Diario en la edición del 26 de junio de 1992. Es el guardaespaldas con gafas en que Dulce María Sauri Riancho de Sierra apoya el brazo, a la derecha de estas líneas, para entrar en Palacio durante la agresión de la policía, golpeadores de la Confederación Nacional Campesina (CNC) y mercenarios del gobierno del Estado a ejidatarios indefensos que realizaron una mitin de protesta en la Plaza Grande el día anterior.
Debajo de la gobernadora interina hay otra foto en que Marciano Yam, de gafas, ataca con la tropa oficial el carro de sonido de los vapuleados quejosos.
Era secretario general de Gobierno, en el gabinete de la señora Sauri de Sierra, el Lic. Orlando Paredes Lara, hoy precandidato del PRI a la gobernatura.
Fue el lanzamiento de la carrera de Yam Cauich como esbirro del gobierno y su partido. Marciano estaba en el Congreso cuatro años después cuando los cafres patearon en el vientre a una mujer embarazada que fue al recinto legislativo a protestar por aquel fraude electoral en Oxkutzcab, a principios de la segunda etapa de la administración cerverista.
El Diario publicó la fotografía de la patada a la campesina encinta.
Publicó también que los pelafustanes y sus jefes, después de los escándalos habituales en las sesiones de la Legislatura, pasaron a las oficinas del coordinador de la bancada del PRI, el diputado Orlando Paredes Lara, a cobrar el salario de la injuria y la agresión.
Anteayer publicó este periódico la fotografía de Marciano Yam en la calle 57, en conferencia con la diputada desacatista Lucelly Alpizar Carrillo.
Ayer, después de publicada la foto del golpe alevoso a Guillermo Vela, su agresor, Marciano Yam, se presentó a la reunión del Cabildo para reiterar su adhesión al desacato.
La violencia alquilada y cobarde se pasea ufana por Mérida, protegida y estimulada por diez años consecutivos de impunidad.
Mientras tanto, en la sede del Ejecutivo, el gobernador Cervera Pacheco, como publicó el Diario ayer, decía a los reporteros: “Ojalá que aquellos que siempre le apuestan a la violencia reflexionen sobre los últimos hechos, ya que la violencia no escoge y sólo determina el momento… Quienes fomentan irresponsablemente el enfrentamiento entre yucatecos e indirectamente la violencia no saben lo que tenemos, pero nosotros tenemos que seguir cuidando la tranquilidad y participación de los yucatecos en el desarrollo del Estado”.
Las fotografías y las informaciones jamás desmentidas demuestran que los apostadores a la violencia política han estado a las órdenes de las autoridades emanadas del PRI y han escogido como sus víctimas a los yucatecos que salen a defender en forma cívica los derechos y las leyes violados por esas mismas autoridades.
