(Primera Columna publicada el 19 de octubre de 2011)

Don Vittorio Zerbbera preguntó a César Pompeyo en el parque de San Juan: “¿Qué pasaría si el PRI gana en 2012?”.
—Si nos atenemos a la confesión de Sócrates Rizzo, ex gobernador de Nuevo León —contestó Pompeyo—, si el PRI gana las elecciones el presidente de la república pactaría de inmediato con los barones del narco y asumiría enseguida el control de las rutas de la droga.
—El miércoles 23 de febrero, en una entrevista con universitarios —prosiguió don César—, en respuesta a una pregunta sobre el tránsito de las drogas en el país, el señor Rizzo hizo declaraciones formidables: “De alguna manera se tenía resuelto el conflicto del tránsito: había un control y había un estado fuerte y un presidente fuerte y una procuraduría fuerte y había un control fuerte del ejército y entonces de alguna manera decían: tú pasas por aquí, tu por aquí, pero no me toques aquí estos lugares”.
—De acuerdo con don Sócrates, la fortaleza de México residía en el control del tráfico de drogas por el presidente, la procuraduría y el ejército. Entonces nos podíamos drogar en santa paz.
—Si mal no recuerdo, César, el señor Rizzo se arrepintió al día siguiente y dijo que no era cierto lo que declaró.
—Los del PRI, Vittorio, siempre se arrepienten cuando dicen la verdad. Es una marca de fábrica. Acuérdate qué le pasó a don Miguel de la Madrid cuando dijo que fue un fraude el triunfo electoral de Carlos Salinas de Gortari. Al día siguiente, visitado por Emilio Gamboa, don Miguel, arrepentido, admitió que se había equivocado. En el PRI la equivocación es la verdad.
—Por eso los priístas aseguran que Felipe Calderón Hinojosa se equivocó cuando le pronosticó al New York Times que, si el PRI regresaba a Los Pinos en 2012, el nuevo presidente resucitaría los “arreglos del pasado” con los carteles de la droga.
—Aquí, en Mérida, ¿hay algún arreglo para que sea la ciudad de la paz? —inquirió Zerbbera.
—Vittorio, en su reseña de la entrevista con Calderón, el New York Times escribe: “El partido que dominó a México durante 70 años, el Partido Revolucionario Institucional, o PRI, bien podría regresar a la presidencia, invocando aquellos tiempos en que las organizaciones criminales y los funcionarios del gobierno mantenían la paz pero corrompían el sistema político”. Lo dice el Times, no don Felipe.
—¿Hay en Yucatán, César, alguna corrupción que mantenga la paz?
—La misma nota del New York Times, Vittorio, en referencia a Calderón Hinojosa, cita estas declaraciones del diputado republicano Michael McCaul, de Texas: “Yo lo admiro por dar la cara (a los narcotraficantes). Es el primer presidente que se enfrenta al problema y hace algo por resolverlo… Él dice que el candidato del PRI va a ser débil en este asunto y va a dormir en la misma cama que los carteles”. Es justo señalar que don Enrique Peña Nieto, tal vez sintiéndose aludido, calificó a don Felipe de “provocador”. En el PRI la verdad suele ser una provocación. Otra marca de fábrica.
—¿Qué se hace en Yucatán, César, para que no haya provocaciones que alteren la paz grabada en el túnel?
—La revista “Time”, Vittorio, en su edición del 11 de julio dedica su portada al problema de la droga, con el título de “La tragedia de México”, y en el texto incluye este párrafo que recorté: “Los policías de México, que generalmente reciben un sueldo miserable y un entrenamiento pobre, con frecuencia, precisamente por eso, son reclutados por los carteles”.
—También recorté este otro párrafo de la nota de “Time” sobre México: “La negligencia cívica ha sido una bendición para las mafias de la droga. Su brutalidad sólo fue regulada por el autoritario y venal Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó durante 71 años y era el socio tácito de los carteles”. Esto es mucho peor que lo que dijo don Felipe y, sin embargo, el PRI no dijo ni pío.
—Usted, César, está evadiendo una respuesta a mis preguntas sobre Yucatán.
—Al principio me preguntabas, Vittorio, qué pasaría si el PRI gana en 2012. Te contestaré con juicios de la escritora Denise Maerker en su artículo de anteayer en “El Universal”, titulado “Hay que evitar que llegue Peña”: “Se percibe entre los actuales priístas una genuina añoranza por las formas de antaño: la solemnidad, los rituales, el consenso obligado, la falta de debate, la imposición de línea… Les sigue molestando la crítica y prefieren buscar formas de callarla. Cualquier reportaje revelador y crítico es sistemáticamente interpretado como parte de una campaña orquestada en su contra… La cultura priísta es autoritaria… siguen anteponiendo sus reglas a las exigencias normales de la democracia”.
—Son las chibalunas y chibasoles del PRI, Vittorio. Ni quien se los quite. Marcas de fábrica.— Mérida, 18 de octubre de 2011.

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