(Primera Columna publicada el 26 de octubre de 2011)

En la sacristía de la iglesia de San Juan, César Pompeyo y Vittorio Zerbbera analizaron ayer la trayectoria pecadora que sigue la secretaría estatal de Fomento Agropecuario y Pesquero con el respaldo aparente de la Federación.
Interesado, por ser de su incumbencia, en las actividades de los mafiosos, don Vittorio ha tratado de seguirle la pista al tráfico de facturas fraudulentas que ha contribuido significativamente a la situación de ruina en que se ha hundido el campo yucateco en el gobierno de Ivonne Ortega Pacheco.
La técnica del fraude ha salido a la luz. Usted, por ejemplo, es invitado a pedir un crédito para sembrar chile habanero. Es una invitación dolosa, porque, aunque el crédito es aprobado enseguida, a usted no se le avisa, a fin de que otra persona, mediante falsa firma, pueda cobrar el dinero y destinarlo a fines inconfesables.
Es una operación crediticia que, según los enterados, debe vigilar la delegación estatal de la secretaría federal de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, más conocida como Sagarpa, pues hay fondos federales de por medio.
—Se dice —indica don Vittorio— que los hombres del campo han sido despojados de más de 500 millones de pesos con el truco de la falsificación de facturas.
—Pueden ser muchos más, porque, como no informan de nada, pueden hacer de todo; pero, que se sepa —explicó don César— los fraudes conocidos suman alrededor de 350 millones. No conozco la cifra exacta: puede ser mucho mayor.
—Me dicen, César, que el responsable de estos delitos es el secretario Alejandro Menéndez Bojórquez, pero no acierto a comprender de qué arma secreta se vale para que la gobernadora no lo destituya y lo meta en la cárcel.
—El “Diario” publicó el 19 de octubre, Vittorio, lo que puede ser el secreto, la causa de la impunidad de que han disfrutado Menéndez Bojórquez y sus colaboradores en la comisión de las fechorías que se le atribuyen. Es un párrafo semiperdido en una nota larga sobre un porcicultor que le pide al susodicho secretario una explicación sobre un crédito que no le pagaron.
—Alejandro Menéndez le respondió —continuó don César— que antes de darle el crédito tenían que cumplir “compromisos del partido” adquiridos durante la campaña por la gubernatura. Así se publicó y así se ha quedado, sin que alguien lo desmienta.
—Me imagino, Vittorio, a la gobernadora diciéndole a Menéndez Bojórquez: “Alejandro, ¿qué es eso de las facturas falsas? ¿Qué hiciste con ese dinero?”. Ahora me voy a imaginar la respuesta del secretario: “Acuérdate, Ivonne, que tú me pediste que yo viera cómo sacar dinero para pagar las deudas de tu campaña electoral. ¿Ya se te olvidó?”.
Parece que no se le ha olvidado a Ivonne: por eso el enjuague de las facturas falsas, aunque conocido con pelos y señales, es un crimen con patente de impunidad. Una patente, me imagino yo, que la gente del PRI explotaría a diestra y siniestra para costear la propaganda electoral de Angélica.
—Se imagina usted demasiadas cosas, César.
—Con Ivonne y el PRI puedes dar rienda suelta a tu imaginación: siempre te quedarás corto. Lo que vemos y padecemos es apenas la punta del iceberg: lo que hay debajo dejaría a Alí Babá como un ratero de cuarta.
—¿Y qué más se imagina usted, César?
—Algo que parece increíble: el gobierno federal como cómplice de la delincuencia organizada. Un gobierno panista solapando a los priistas acusados de estafar a los yucatecos. ¿Qué otra cosa nos podemos imaginar al ver al delegado de la Sagarpa, el panista Gerardo Escaroz, figurando con Menéndez Bojórquez en sus andanzas? ¿Apadrinándolo con su silencio en las facturas falsas? ¿Acompañándolo, como uña y mugre, en las agresiones escandalosas a Produce, una asociación civil creada para ayudar al campesino? Gerardo y Alejandro. Dime con quién andas y te diré quién eres.
—¿Cuál es, César, el secreto que obliga al señor Escaroz a ser un instrumento de los atracos? Debe tener alguna cola que le pisen.
—Imaginaciones tuyas, Vittorio. Puras imaginaciones.— Mérida, 25 de octubre de 2011.

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