(Primera Columna publicada el 20 de noviembre de 2011)
Avecindado en NarcoCristo y NarcoBello, para estar cerca de la “cosa nostra”, don Vittorio Zerbbera, doctor en mafiología, tiene que atravesar el paso deprimido, para venir al Centro, y, afligido, comenta a César Pompeyo, en su charla habitual de San Juan, que el túnel está envejeciendo a galope tendido. Teme una clausura del subterráneo para ver qué se hace con las rejillas pandeadas, donde ha empezado el hundimiento, y teme, claro, que la policía instale de nuevo el circo de vuelta tras vueltas para pasar del Norte al Sur, y viceversa, vía Oriente y Poniente. No hubo más vueltas porque no hay más puntos cardinales.
El túnel fue el alfa y omega de la plática, que continuó con una pregunta del profesional italiano sobre la creciente afición a los parques que se observa en doña Angélica y doña Ivonne, mencionadas al azar, no por orden de edad ni de peso… político.
—¿Cómo se le dice a la señora que tiene la manía de encerrar los parques, César? ¿Parquímetra?
—Negativo, Vittorio. Parquímetro es un tubo con un marcador en la punta. Mide el tiempo de los autos estacionados. Por cierto, Yucatán necesita un parquímetro.
Zerbbera propuso otros apelativos: Parquífoba. Parquívora. Parquélica. Parquivona. Parquetera. Parquérrima. Mencionó otros, pero Pompeyo, después de ponderarlos, acabó por descartarlos. Algunos se acercan, pero al final pasan de lado.
—¿Qué os parece parquitina, César?
Un minuto para reflexionar. Dos.
—No se dice parquitina, Vittorio, sino partiquina, y su significado podría dar en el blanco. Partiquina, según la academia, es la cantante que en una ópera ejecuta una parte muy breve o de escasa importancia.
—Viene de tu idioma, Vittorio. Es una españolización de “particina”: partecita. Ya sabes que el hombre de la calle considera, con razón o sin ella, que Angélica es una pequeña parte de Ivonne. Un apéndice. Hay otras posibles semejanzas. Fíjate:
—En el repertorio de nuestra ópera, ópera bufa, según cronistas del ramo, Ivonne suele representar el papel de vedette y Angélica el de vicetiple trasera. Dicen que la gobernadora quiere que la señora Araujo sea candidata porque no le bastaron a la señora Ortega sus cinco años. Le quedaron cortos para la magnitud de sus sueños, a pesar de todo lo que ha soñado ya sin realizarlo, pero cobrándolo al contado, eso sí.
—Y si no gana madame Angélica, ¿cómo lo hará madame Ivonne para seguir en el pandero como decís vosotros, los yucatecos?
—Los yucatecos decimos un montón de cosas, Vittorio, sobre todo en estos días, incluso cosas que antes no decíamos, pero, ya lo sabes: del dicho al hecho hay mucho trecho. Te respondo: Ivonne ya se comenzó a preparar por si las urnas no le favorecen en 2012 y le meten en la cárcel a Alejandro Menéndez Bojórquez, presunto maestro de los facsímiles agrícolas, supuesto mago de los trucos ganaderos, y, se sospecha, forrado financiero que avitualla a la gobernadora con el efectivo para saldar deudas electorales. Por eso sigue tan campante.
—Por eso están maquillando los parques, ¿no, César?
—Caliente, caliente, Vittorio, pero no se trata de maquillar: el verbo exacto es ordeñar. Nos están cobrando las perlas de la Virgen por entablar el Parque Hidalgo, porque es el año del ídem; por enmaderar la Plaza Grande, porque es grandiosa la tajada, y por taponar el Parque de la Madre, porque nos van a dar en la misma.
—Eso desde hace rato, César. Desde vuestra Revolución que hoy conmemoráis. Sólo que ahora, con su regreso al cieno del PRI, se les ve a vosotros más desmejorados.
—No se dice cieno, Vittorio: seno. En fin, que entre mugre y polvo, divas y vicetiples, parques, túneles y rejillas nos están armando un eje vial, o mejor, un eje electorero para apoderarse del dinero nuestro de cada día que los partiquinos y sus pastoras requieren para soñar los grandes sueños que nos quieren enjorquetar otros seis años. Por ejemplo, un paso elevado sobre la glorieta 4 de julio para substituir al túnel que se está llevando el tren. Cualquier tren, incluso el bala, si seguimos dejados de la mano de Dios y los sumos sacerdotes.— Mérida, 20 de noviembre de 2011.
