(Primera Columna publicada el 15 de enero de 2012)

Cuando estamos muy sorprendidos y asombrados decimos que estamos atónitos. Pues bien, en su banca habitual del parque de San Juan, Vittorio Zerbbera y César Pompeyo comentaron atónitos el discurso que pronunció Angélica Araujo el 6 de enero, aniversario de la fundación de Mérida, para calificar su paso de 18 meses por la alcaldía meridana y despedirse del cargo para asumir una candidatura del PRI al senado. Discurso que en sus partes importantes fue el tema de la columna de ayer.
—Mi impresión es que califica su gobierno con 100 puntos —dictaminó don Vittorio—. Madame Angélica no ve en su gobierno nada malo: todo excelente. No hubo el mínimo error, ninguna crítica, la menor reclamación. Ni la más leve de las discordias. Si Plutarco viviera escribiría una de sus “Vidas paralelas” con vuestra alcaldesa y la reina de Saba.
Plutarco, célebre biógrafo griego entre los siglos uno y dos, escribió sus “Vidas paralelas” para comparar, por parejas, las vidas de los grandes hombres que en su tiempo tuvo la humanidad. Unos 10 siglos antes de Cristo, la reina de Saba, llamada Balquis, gobernó un reino que por su riqueza y sus palacios, por sus tesoros y su naturaleza espléndida, por su comercio floreciente y la concordia entre sus habitantes, fue designada “Arabia feliz” (hoy Yemen) por el geógrafo, matemático y astrónomo griego Claudio Tolomeo, por los romanos y por el resto del mundo conocido.
Balquis, aclamada como la mujer más bella de su época, fue seducida por la sabiduría de Salomón, hijo de David y rey de los hebreos, lo fue a conocer a Jerusalén y durante su prolongada visita se casó con él y le dio una hija.
—De acuerdo con el discurso de madame Araujo, la Mérida que vivimos es la “Mérida feliz” —continuó don Vittorio—. Una clonación de “Arabia feliz”. Comparable, vuestra alcaldesa con…
—Si Plutarco viviera —interrumpió Pompeyo— escribiría otra de sus “Vidas paralelas”, pero con Angélica e Ivonne Ortega. Te voy a leer, aquí traigo el recorte, la consagración de la gobernadora en el discurso de la alcaldesa:
“Quiero resaltar un nombre propio, el de quien es nuestro mejor ejemplo de cómo una nueva generación de políticos puede escribir un nuevo capítulo en esta tierra milenaria.
“Estoy hablando, por supuesto, de nuestra gobernadora, Ivonne Ortega Pacheco, a quien agradezco desde el fondo de mi corazón por su apoyo, por su respaldo y por siempre creer en este ayuntamiento.
“Gracias, gobernadora, porque usted es el mejor ejemplo de que es posible volver a tener confianza en la política y en el trabajo de los gobernantes, como fuentes de cambio y transformación”.
—El discurso —prosiguió don César— confirma que la alcaldesa es uña y mugre con la gobernadora; que son alma, vida y corazón, juntos y revueltos en “omelette”; hechura la una de la otra. No me sorprende que Ivonne apoye al ayuntamiento. ¿Cómo no lo va a apoyar si ella es la que dispone, ordena y manda en el municipio? Lo que me asombra es que no recuerdo, en la historia de los discursos pronunciados en Yucatán, otro tan inverosímil como éste de la señora Araujo.
—Sólo los deficientes mentales y los ignorantes supinos pueden tragarse la palabras de Angélica. Nada más los convenencieros pueden aplaudirlo. Aquí en Yucatán, Vittorio, les decimos “convenencieros” a los que siempre y en todo, mediante la adulación y la sumisión, buscan quedar bien con el poderoso, aunque al vecino y al resto del planeta los parta un rayo.
—El discurso de Angélica es un monumento de vanidad que marca un récord de inmodestia: nadie se había alabado tanto como se alaba ella, mira cómo termina su discurso: El “resplandor” de nuestro gobierno “iluminará el camino de nuestro municipio, de nuestro estado, de nuestra patria”, para que “le recuerde a todos que dejamos un legado de prosperidad para las futuras generaciones”. Hidalgo, Morelos, Allende y Angélica. Que aclamen su nombre en el “grito” del 15 de septiembre.
—El discurso es también una enciclopedia de cinismo: en su texto mentiroso dice con abundancia de detalles y precisión de reloj todo lo contrario de lo que hizo y dejó de hacer la señora Araujo en un gobierno cruzado de escándalos que, copia al carbón del régimen de Ivonne, es uno de los peores, si no el peor, y más repudiados que ha tenido Mérida. “Mérida infeliz”.
—El “Diario” publica ayer que una mujer puede significar un tropiezo importante en las aspiraciones de Enrique Peña Nieto. El periódico se refiere a una amenaza de Maude Versini, ex esposa de Arturo Montiel, tío y tutor político del precandidato único del PRI. La señora amenaza con revelar la corrupción que reinó durante la administración del señor Montiel en el Estado de México, gobernado después por el señor Peña.
—Yo creo que tres son las mujeres que serán, que ya son otros tantos tropiezos en las pretensiones presidenciales de don Enrique: Maude, por lo que sabe; Ivonne, por los pecados capitales de su gobierno, y Angélica, como candidata a senadora y compañera de Peña Nieto en la campaña electoral en el estado. Tropiezos que pueden ser, Vittorio, barreras infranqueables para el PRI en Yucatán.— Mérida, 15 de enero de 2012.

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