La Navidad, más allá de ser una fiesta cristiana que celebra el acontecimiento de la llegada del Niño Jesús, puede ser la oportunidad para reflexionar y descubrir lo que hay detrás del verdadero sentido de esta celebración mundial que no es ajena en México. En la geografía mexicana en este 2022, convulsionada por los conflictos sociales, económicos y políticos que desnudan el grado de descomposición que permea en los estratos comunitarios, organismos privados y en las instituciones gubernamentales, la Navidad parece perder gradualmente ese valor de espiritualidad. Como consagrado a Dios a través de su ministerio episcopal, monseñor Ramón Castro Castro, obispo de la Diócesis de Cuernavaca y secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, en entrevista con Grupo Megamedia, responde a interrogantes sobre lo que ensombrece la Navidad en el México actual. Además, advierte de la imparable violencia e inseguridad en grado extremo y la dimensión política que cobra este suceso navideño en la Cuarta Transformación (4T), que en opinión del ex obispo auxiliar de Yucatán y ex titular de Campeche, transgreden el respeto a los derechos humanos, a la libre expresión y a las manifestaciones religiosas.

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¿Cómo se vive la Navidad en la sociedad mexicana actual?

“Como bien sabemos la realidad de la sociedad mexicana no es uniforme. Somos un país multicultural y multiétnico. La Navidad no se celebra de la misma manera en los Altos de Jalisco que en Ciudad de México o en Oaxaca. Conscientes de esta diversidad se puede tratar de buscar un denominador común de nuestro querido México. “Hay tradiciones que han logrado salvaguardarse a pesar de los cambios en esta época postmoderna. Todavía está muy arraigada en las parroquias, sobre todo rurales la bella tradición de las posadas en el novenario que antecede la Navidad. Las piñatas aparecen en múltiples reuniones familiares y sociales.
“Aún existe la bella tradición de asistir a misa de ‘gallo’ en todas las iglesias, la importante reunión familiar en la Nochebuena, el 24 de diciembre, o durante el 25, en Navidad. En una mayoría, con tanta naturalidad, se dice en esta solemnidad: ‘Feliz Navidad’.
“Dentro de las posibilidades de cada familia hay siempre algún pequeño regalo que trae el Niño Dios o Santa Claus. Ayuda en ese sentido la presencia de los nacimientos, todavía son muchísimos hogares donde esta tradición se mantiene viva.
“Pedagógicamente es muy oportuna, sobre todo para los niños que les sea más claro descubrir las características del nacimiento del Niño Jesús”.
Mons. Ramón Castro Castro, obispo de Cuernavaca y secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano.- Fotocortesía

¿De qué forma influye la Navidad en el comportamiento social?

“Es indudable que sí hay una influencia positiva de la Navidad en el comportamiento social. En una mayoría, puedo descubrir que es una época anhelada, esperada, buscada.
“A pensar que el secularismo invade este ámbito y hay señales de querer desaparecer el sentido profundo de esta fiesta. Sin embargo, la mayoría de las personas se sienten atraídas y animadas a construir un mundo de mayor paz y armonía.
“Lo demuestra en modo indiscutible el intercambio de saludos navideños, algunos aludiendo directamente al nacimiento de Cristo y otros simplemente a estas ‘festividades de fin de año’, así como también multiplicar los buenos propósitos.
“Otra notable influencia es la actividad comercial. A partir de octubre comienzan las promociones y ofertas navideñas. La publicidad no deja de cumplir su misión para hacer gastar y mover la cansada economía”.

¿Cuáles acciones demuestran el verdadero sentido de la Navidad?

“Los cristianos que cuentan con buena formación espiritual, son quienes principalmente ponen en evidencia acciones que hacen descubrir el verdadero sentido de la Navidad.
“Por ejemplo: vivir coherentemente el Adviento y propiciar un crecimiento en la ‘vigilancia’ y la ‘espera’ con la cual se fortifica la esperanza. Saben que toda la vida es un adviento y este período viene a fortificar esa actitud. Se madura la idea que Jesús vino, viene y vendrá.
“También se incrementa la oración que ayuda a fortalecer la esperanza, se preparan a vivir con fe la Nochebuena, no tanto en las cosas externas como en un verdadero encuentro con el Niño Jesús, a través de la Eucaristía, de la oración en la cena, de un mayor esfuerzo por perdonar o vivir en paz. Con el arrullo del Niño. De dinámicas familiares que fortifican la fraternidad y el misterio de esa noche santa.
“Y son conscientes que ‘Jesús es el regalo’ y hay que dejar un espacio en el corazón para que el Niño tenga dónde nacer. Recuerdan que su vida es el pesebre donde nace Jesús“.

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¿Cuál es el lado oscuro de la Navidad en el México de hoy?

“Uno de tantos rostros oscuros en el México actual es que se va perdiendo el sentido más profundo y verdadero de la Navidad. Las tradiciones más bellas y verdaderamente cristianas están dejando paso a las paganas. “Otra, que desde hace muchos años nos ha dañado es el de Santa Claus, que si bien tiene una conexión con el obispo San Nicolás, no se le da prioridad a ese personaje y sus regalos, lo que desconecta así el corazón de los niños con el nacimiento de Jesús.
“Una cara que últimamente oscurece la Navidad es la violencia y la inseguridad, un buen número de personas se han visto afectadas por tragedias en estos días. Estos hechos obligan a cambiar costumbres, por ejemplo se deben adelantar las misas de ‘gallo’ para evitar situaciones complicadas.
“Desde hace mucho existe también en tantísimos hogares la presencia del alcohol en las celebraciones. Un buen número de hermanos creen que necesitan de ese incentivo para estar alegres. Ese alcohol, o por desgracia también las drogas, han hecho que lo que debe ser una fiesta de fraternidad se transforme en encuentros violentos o problemáticos.
“Preocupa también las señales que existen de las instituciones gubernamentales por hacer desaparecer la libertad de religión y manifestaciones religiosas. Creo que todos sabemos lo que sucedió en Yucatán y la iniciativa de impedir la manifestación de expresiones cristianas como la colocación de nacimientos.

¿La Navidad cobra una dimensión política en el gobierno de la 4T?

“No podría afirmar que en todo el gobierno de la 4T, pero sí en algunos de sus dirigentes existen elementos para determinar una dimensión negativa o positiva.
“Hay una dimensión política negativa que haciendo eco a los países ‘desarrollados’ quieren hacer desaparecer los signos religiosos de nuestro pueblo, llevando incluso a la Suprema Corte de Justicia lo que un juez local, con evidente intención de manipular, ha exigido evitar que los gobiernos gasten en signos religiosos públicos para no lastimar la ‘sensibilidad’ de aquellos que no creen.
“En contraste, hay todavía una dimensión política positiva que sabe que fomentando estos valores y tradiciones puede promover la paz y la armonía, e independientemente de sus convicciones personales, lo ve como una buena estrategia política que crea frutos perdurables”, concluye.

¿Quién es monseñor Ramón Castro Castro?

Monseñor Ramón Castro Castro nació en Teocuitatlán de Corona, Jalisco, el 27 enero de 1956.  Recibió el orden sacerdotal el 13 de mayo de 1982, en Tijuana, Baja California Norte, y comenzó su ministerio en la parroquia de San José Obrero, en Ensenada. Es licenciado en Filosofía por la Universidad del Valle de Atemajac y doctor en Teología Espiritual por el Teresianum de Roma. Además, licenciado en Derecho Canónico por la Universidad Pontificia de Roma. En 1985 ingresó a la Gregoriana Academia Eclesiástica, donde cursó Derecho Internacional y Diplomado en Lenguas. El 1 de julio de 1989 se incorporó al servicio diplomático de la Santa Sede y se desempeñó como representante del Vaticano en las nunciaturas apostólicas de Zambia y Malawi (1989-1992) y Angola (1992-1994), en África. En Ucrania (1994-1996), Venezuela (1996-1999) y Paraguay (1999-2001). El papa Juan Pablo II lo nombró obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Yucatán el 2 de abril de 2004, y recibió la ordenación episcopal el 3 de junio de ese mismo año. Después, el Santo Padre Benedicto XVI lo designó obispo de Campeche el 8 de abril de 2006. El 15 de mayo de 2013 fue nombrado XII obispo de Cuernavaca (Morelos) por el papa Francisco, y el 9 de noviembre de 2021 se le eligió secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano.

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