“Tibia” respuesta del Gobierno a la trata de personas
“Tibia” respuesta del Gobierno a la trata de personas

El delito de trata de personas en Yucatán se denuncia poco por desconocimiento de las propias víctimas y de la autoridades, advierte la Dra. Ligia Vera Gamboa, integrante del Centro de Investigaciones Regionales “Hideyo Noguchi”.

Además, cuando se llega a presentar una denuncia por este delito, la respuesta de los gobernantes “ha sido demasiado tibia, por no decir que no hacen nada“, dice.

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La Dra. Vera Gamboa, experta en el estudio de enfermedades de transmisión sexual y su impacto en la sociedad, explica que el bajo nivel de denuncias de este ilícito se debe a que “las  mismas personas que padecen la trata no lo reconocen, ignoran que son víctimas de ese delito, lo ven como algo natural, por lo que obviamente no lo denuncian”.

“Tibia” respuesta del Gobierno a la trata de personas

Tras señalar la “tibia” respuesta del Gobierno a la trata de personas, la Dra. Vera Gamboa señala que las denuncias que se llegan a presentar muchas veces corresponden a menores de edad que desaparecen y sus familiares lo reportan a las autoridades.

En los casos de trata y explotación sexual, ¿la respuesta de las autoridades es la adecuada?, preguntamos.

La trata, un tema tabú

“Hay varias cosas y no se trata de defender a nadie”, responde la entrevistada, “pero me parece que una de esas es que al ser un tema prohibido socialmente, al ser un tabú, las autoridades no lo tocan”.

“Le voy a poner un ejemplo. Antes uno iba a la Fiscalía General de Justicia y pedía el número de casos reportados de explotación sexual comercial en niños, niñas y adolescentes y la dependencia respondía que no tenían ninguno.

“Lo decían porque ubicaban esos delitos en un cajón llamado abuso sexual, por lo que las personas interesadas en saber del tema no podían identificar la gravedad de la trata en el estado”.

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Sin embargo, relata la Dra.Vera Gamboa, ante la insistencia de algunos grupos sociales preocupados por demostrar la existencia de la trata en nuestra sociedad, la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Yucatán (Prodennay) empezó a cambiar la clasificación de sus estadísticas y con eso a visibilizar el problema.

El detalle es que para que la Procuraduría actúe debe de  haber antes una denuncia y si no hay ésta, la dependencia no puede proceder, este es el punto, dice.

Se necesitan denuncias para proceder

Añade que aunque las personas e instituciones preocupadas y comprometidas con el bien superior de la infancia y la adolescencia denuncien la trata y explotación sexual ante la Prodennay, se trataría de una denuncia social, no legal (porque ésta deben ponerla los familiares de la víctima) y en este sentido “esa dependencia está atada de manos”.

“Hay que decirlo también: cuando se han dado estas denuncias, la actuación de las autoridades ha sido demasiado tibia, por no decir que no hacen nada”, señala la entrevistada.

Y esto ocurre, añade, no obstante que existe una Ley General de Niños, Niñas y Adolescentes y un organismo, el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, que debe de velar por el bien superior de las infancias y las adolescencias, como un mandato legal, no si los servidores públicos quieren o no hacerlo.

Y, por otro lado, están los cuerpos de seguridad que, igualmente, “mucho se ha dicho, pero no me consta”, en algún momento se vuelven cómplices de la trata.

Estigmatización del trabajo sexual

Según la Dra. Vera Gamboa, por todo esto hoy es el momento de reflexionar respecto a la posibilidad de dejar de criminalizar y estigmatizar el trabajo sexual. “Hay países donde las personas dedicadas a esta actividad tienen prestaciones y seguridad social, mientras nosotros seguimos en la prohibición, en la abolición”.

“No hay que esconder la cabeza y hacer como que el problema no existe”, afirma.

“Quienes se dedican al trabajo sexual están desprotegidos y son vulnerables y por eso debemos de dejar de criminalizar y de juzgar su actividad, desde nuestros privilegios y de decir, cómo es posible que estas personas se dediquen al comercio sexual”.

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Eso lo dicen, agrega, aquellos que no tienen apuros y no entienden que ante la necesidad de comer y de mantener a una familia, a veces nos les queda otra que dedicarse a esto y por eso hemos tratado de cambiar el término prostitución  por trabajo sexual, para ir quitando esos estigmas.

También hay que tomar en cuenta la situación social que propicia este tipo de actividades, expresada en una economía contraída, aunque digan que se están generando muchos empleos, afirma la Dra.Vera Gamboa.

Una de las razones del trabajo sexual

“Le diré algo: en cierta ocasión entreviste a una trabajadora sexual dedicada al masaje. Le pregunté por qué no buscaba otra ocupación, un trabajo en una dependencia, en un almacén, y me respondió: ¿para que esté de pie ocho horas y me paguen el salario mínimo?, no. Yo con dos servicios en una casa de masajes, cubro todas mis necesidades de una semana”.

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Esto nos da una idea de por qué el trabajo sexual se sigue dando, explica la Dra. Vera Gamboa.

“No es un asunto sencillo, porque el costo de la vida en Yucatán es muy alto y los ingresos económicos no siempre alcanzan.  No digo que eso justifique una actividad de este tipo, pero si ayuda a entenderla”.

En la entrevista con el Diario, la Dra. Vera Gamboa relata que  algunas trabajadoras sexuales le han contado que ofrecen ese tipo de servicio para reunir dinero y pagar sus estudios, y que lo dejarán cuando tengan su título y un trabajo estable.

“Lamentablemente esto no siempre es así de fácil”, afirma la investigadora universitaria.

“Estas personas tiene que trabajar para apoyar a sus familias, pero al no haber suficientes oportunidades de empleo, sobretodo de medio tiempo bien pagadas, su única opción en el trabajo sexual”. Continuará.

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