Se acabó lo que se vendía. Y lo que vendieron era un equipo caro que terminó jugando béisbol muy barato.
Los Leones de Yucatán fueron eliminados, barridos y humillados, por un equipo al que le tenían tomada la medida, especialmente en estos tiempos de postemporada. Los Diablos Rojos del México, con un roster carísimo, pero bueno y que aplicó bien las máximas de intentar hacer las cosas para ganar, derrotaron 4-1 a los melenudos para su cuarta victoria en la serie de playoff y la octava ante Yucatán este año en el Estadio “Víctor Cervera Pacheco” de Kanasín.
Tal vez perder duela, como es de esperarse en los descalabros, pero a los aficionados yucatecos les habrá ardido más, en una expresión coloquial muy nuestra, la forma en que se llegó a esa humillación de perder cuatro juegos, dos en casa, en los que, literal, ni las manos metieron. Cuatro derrotas en cinco juegos de playoffs en casa es patético.
Ayer batearon tres hits en ocho entradas, igual que el lunes. Se le olvidó al mánager Vizcarra intentar alguna jugada de esas que los románticos añoran, no sé, un toque de bola en momento clave, algo así. Y los aficionados le recriminaron cuando subió a sacar a Félix Doubront en la sexta, a pesar de que estaba lanzando bien y tenía 89 pitcheos. Vizcarra, y muchos jugadores, se vieron fastidiados, quizá esperando el final del partido.
No se puede decir propiamente que los Diablos exhibieron a los Leones (jonrón de José Marmolejos en el acto inicial y pitcheo dominante de José Luis Bravo). Más bien, los melenudos se exhibieron solitos en su despedida de este proyecto de temporada que nació sin casa y que no fue lo exitoso que se esperaba, en lo deportivo y menos en lo financiero. La directiva amontonó peloteros ex de Grandes Ligas, con sueldos en dólares, y muchos no lo desquitaron.
Cuando vuelvan los Leones al Parque Kukulcán en 2025, seguramente muchos de los que ayer vistieron la franela local, no estarán en el roster. El equipo necesita con urgencia una sacudida, desde la oficina hasta el batboy.— Gaspar Silveira Malaver







