El mánager Ramón Santiago confió ayer, antes del primero de la serie entre Olmecas y Leones, que esperaba que a sus peloteros les quedará asentado que necesitaban más noches como la del último encuentro ante los Diablos Rojos.
Y abrieron bien, se mantuvieron en la pelea. Poco bateo, cierto, pero pitcheo a la altura. De pronto, todo se vino abajo. Fue como regresar a los negros días, que muchos ya han tenido esta temporada.
Y los Olmecas de Tabasco les sacaron la victoria en el primero de la serie, ganando 7-2, en un una noche en que muchos aficionados se fueron con el sabor amargo tras ver a su equipo en la lona.

El jugar para .500, al menos, volvió a durarles poco a los Leones. Y si como acepta Santiago (“los Leones son más que un equipo de .500”), habrá que hacer algo para tratar de remediar esta pesadilla llamada inconsistencia que van viviendo.
Los melenudos voltearon el score 2-1 en la tercera, pero Tabasco empató en la sexta y se adelantó en la séptima, haciendo un pesado rally de tres registros en la octava y otra carrera en la novena, en lo que fue un largo desfile de lanzadores. Siete relevistas en total, hasta que Saúl Vázquez salió para retirar el out 27 a los tabasqueños, que simplemente aprovecharon las condiciones de baja de juego de los Leones. Una baja notable en pitcheo, bateo (solo conectaron siete hits) y béisbol en general.
Al piloto le recriminaron por sus decisiones. Pero es un bajón general, que involucra a cuerpo técnico con jugadores muy debajo de la expectativa. No hay conexión en juego total. Santiago señala en la entrevista que se publica en la página 2 que la falta de bateo ha hecho que el pitcheo no tenga protección y se use mucho a los relevistas en situaciones comprometidas, como anoche.
El segundo de la serie se jugará hoy a las 6 de la tarde. Yoanner Negrín abrirá por los Leones.— Gaspar Silveira Malaver
