Los Leones vivieron una segunda entrada de pesadilla.
Apostando por el cubano Odrisamer Despaigne para abrir un partido vital, los melenudos se desfondaron en el segundo episodio del choque de ayer ante el Águila de Veracruz, en el que la novena jarocha se despachó con un gran racimo de seis anotaciones.
Y de eso, las fieras no pudieron levantarse.
Despaigne, uno de los extranjeros que más han quedado a deber esta campaña en la cueva, entró al partido con efectividad de 8.71, alta para un importado. Pero tuvo una esperanzadora primera entrada, que pudo retirar sin admitir daño.
En la segunda, sin embargo, el mundo se le fue encima al antillano, igual que pasó con sus compañeros, que no pudieron despertar. El Águila picoteó a Despaigne con cinco carreras limpias en apenas una entrada y un tercio, pisando en total seis veces la goma en ese episodio.
Fue totalmente desafortunada la labor del cubano, quien al retirarse llevaba ya una efectividad de 9.34, números demasiado altos para un refuerzo extranjero. Era un partido vital.
Y tras ese demoledor ataque, las fieras no pudieron regresar. Ni con todo y que el abridor Dinelson Lamet les regaló cuatro bases en cinco entradas. A lo pálido del accionar de Despaigne se sumó la falta de bateo oportuno de sus compañeros. Ante Lamet se fueron de 7-1 con corredores en posición de anotar. Pero en general, estaban liquidados desde el segundo rollo.— Gaspar Silveira




