Así como en la música los silencios son tan importantes como las notas, en comunicación, lo que digas es tan importante como lo que dejas de decir.
La prensa cuando es libre se convierte en una herramienta que, entre otras muchas cosas, permite a la sociedad entender lo que dicen los silencios y lo que callan las palabas.
Crecí leyendo, escuchando y viendo noticias en todas sus formas, sin poner mucha atención. Llegué a la edad adulta, en la que tenía cada vez más interés en conocer y entender lo que ocurría en mi entorno. Finalmente llegó el día en que dejé de ser usuario pasivo y me convertí, de manera temporal, en sujeto activo de las noticias.
Nunca olvidaré mi llegada al primer evento que asistí como líder empresarial al Centro Internacional de Congresos. Al entrar, tuve también mi primer encuentro con los medios de comunicación. Rodeado de alrededor de 15 periodistas, ese día sudé más de lo que hablé, y eso que era un febrero de “heladez” yucateca.
Lo que más me dejó marcado fue el comprender, pasado el susto, la importancia de cada periodista presente. Sin ellos, nuestras voces nunca llegarían a los medios de comunicación que, cuando son libres, se convierten en una caja de resonancia con la sociedad.
Entendí que para que una sociedad se considere informada, necesita una prensa libre, que siempre esté dispuesta a asumir los distintos roles que cada momento le exige.
A lo largo de un día, esa prensa libre puede ser los ojos de una sociedad vigilante de las condiciones que garanticen el bienestar colectivo. En otro momento, esa misma prensa puede asumir el papel como voz de los distintos actores de la sociedad en los temas que afectan, de manera positiva o negativa, a la comunidad.
De manera continua, esa prensa asume el rol de oídos de una sociedad ante los llamados y acciones de las autoridades de todos los niveles.
Pero el rol que la prensa únicamente asume cuando es libre, es el de ser el talón de Aquiles de la autoridad.
Eso significa el Diario de Yucatán:
Una prensa libre que, a lo largo de 98 años de trabajo y congruencia, se ha convertido en el eslabón que conecta a los ciudadanos con las distintas realidades de Yucatán y de México, siempre respetando nuestro derecho a decidir cuál de estas realidades es la que estamos dispuestos a aceptar.
“No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo”. Francois-Marie Arouet, Voltaire.
Así como la prensa libre asume distintos roles, los líderes empresariales debemos asumirlos también.
Durante el tiempo que tuve el honor de representar a los industriales yucatecos desde Canacintra, y a la iniciativa privada desde el Consejo Coordinador Empresarial de Yucatán, la realidad me obligó a asumir distintos roles, dependiendo de las circunstancias.
Empezando por comprender que las cámaras empresariales no son oposición para oponerse de manera sistemática a todo, aunque entendí y asumí nuestro papel de contrapeso de la autoridad, pero también tuve la oportunidad de hacer equipo con esa misma autoridad promoviendo los proyectos estratégicos o cambios, que desde nuestro punto de vista requería el Estado para cimentar un mejor futuro para las y los yucatecos, y en otras ocasiones, levantamos la voz de manera crítica y siempre propositiva, en aquellos temas que consideramos podrían mejorarse y de esa forma contribuir a la construcción de un mejor Yucatán.
Hasta el día de hoy desconozco si el Diario de Yucatán estuvo a favor o en contra de aquellos distintos temas que apoyamos, promovimos o criticamos desde la iniciativa privada, pero es precisamente ahí donde radica el verdadero valor de la prensa libre, porque nunca emitió un juicio, siempre nos publicó y defendió, ante todo, nuestro derecho a expresarlo.
Donde hay prensa libre, hay ciudadanía informada, he ahí el gran valor que tiene el Diario, para Yucatán.— Mérida, Yucatán.
Empresario, expresidente de Canacintra y del Consejo Coordinador Empresarial en Yucatán; exvicepresidente Nacional de Comercio Exterior y Asuntos Internacionales de Canacintra
