El Diario ve la primera luz, catorce años antes que yo, lo que influye que a tierna edad me convierta en su asiduo lector mañanero, esperando su llegada a la puerta de la casa. Bien informado por haber leído su historia escrita por su fundador Don Carlos R. Menéndez, considero que es un orgullo para nosotros tener una prensa que sorteando embates y ataques por el gobierno federal, en una época tormentosa para la vida de la República, siga siendo el medio informativo y la guía para muchas acciones de nuestro deber cotidiano y ciudadano.

Próximo a cumplir 100 años de existencia no dejo de reconocer que muchos de los variados temas que aborda el Diario se vuelven fuente de conversaciones, análisis y por qué no decirlo, diferencias de opiniones y criterios que nos llevan muchas veces a reflexiones que de manera positiva hacen cambiar nuestra manera de pensar o actuar.

Muchos de los que han alcanzado mi edad madura estarán de acuerdo que han sido varias las ocasiones que las autoridades han tenido que cambiar su postura sobre resoluciones o acciones tomadas por los gobiernos en turno para lograr el ambiente de paz que nos caracteriza. Una que viene a mi memoria e involucró a varios amigos fue el conflicto entre los prestadores del servicio de transporte urbano y el gremio estudiantil durante la gestión del gobernador Marentes.

No dejo de reconocer también que las agrupaciones civiles de las cuales he formado parte en varias de ellas, tienen un importante espacio en las secciones que agrupa el Diario para ser el medio en el cual se puedan defender los derechos mínimos de sus asociados. También con un ejemplo recuerdo que siendo asesor contable de la Cámara de Comercio tuvimos que intervenir para frenar la forma absurda que varios comerciantes reconocidos de nuestra ciudad fueron asediados y amenazados por el departamento de auditorías a los causantes.

El Diario siempre prestó el apoyo dentro del marco de los derechos de los contribuyentes.

El ser el medio que da cuenta de las bondades o deficiencias que se presentan en el crecimiento económico del Estado, también nos sirve como guía para que los ciudadanos y agrupaciones puedan colaborar de diversas formas con las autoridades para lograr el bienestar y seguridad que todos queremos.

Muy importante ha sido que el Diario siempre tenga sus páginas abiertas a los líderes empresariales, asociaciones de todo tipo y al gobierno mismo para expresar sus ideas, proyectos y actividades que contribuyan al ambiente de paz y progreso que vivimos los yucatecos y que no queremos perder. Así sea.— Mérida, Yucatán

Presidente del Club Campestre de Mérida

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