Página editorial de Diario de Yucatán

La prensa independiente es indispensable para el funcionamiento de una democracia vibrante y participativa.

Más allá de ser un simple medio de comunicación, la prensa independiente cumple una función clave para el sistema de pesos y contrapesos: al vigilar a los poderosos, brinda a los ciudadanos recursos invaluables para ejercer su derecho a la información y la rendición de cuentas, lo que contribuye al escrutinio público y al Estado de derecho.

La prensa independiente es como un sistema de alarmas que atraen la atención de la sociedad cuando algo funciona mal; cuando hay prácticas deshonestas, corrupción y abusos de poder.

La prensa independiente propicia debates y una comprensión más profunda de los asuntos públicos, genera un espacio para las voces marginadas, refleja el pluralismo social, político y cultural, y desafía las narrativas dominantes del poder político o económico.

Esto último es crucial: al cuestionar las narrativas dominantes, el periodismo independiente desenmascara las mentiras y las medias verdades. En última instancia, esto contribuye a que los poderosos, al saberse escrutados y vigilados, actúen con mayor apego a la Ley y no abusen de su poder. Sin embargo, la prensa independiente requiere cuatro cosas para detonar la rendición de cuentas.

Primero, profesionalismo; eso es, que la prensa base sus notas en investigación profunda y en el uso de métodos robustos de investigación para generar información veraz y de calidad.

En un entorno mediático cada vez más saturado de información no verificada y noticias sesgadas, es necesario que los medios de comunicación independientes se erijan como un faro de credibilidad y transparencia.

Segundo, se necesitan lectores; sin ellos, las noticias carecen de impacto y relevancia. Sin embargo, hay cada vez menos debido al creciente dominio de las redes sociales sobre la agenda informativa.

La democratización de la difusión de información a través de estas plataformas ha transformado la dinámica de consumo de noticias: lo que la gente lee depende del algoritmo de visibilidad y viralidad en redes, y no de la calidad y veracidad del contenido.

Tercero, se requiere que la información sea un insumo para exigir cuentas y para convertir las alarmas en castigos. No siempre ocurre y entonces la denuncia que hace la prensa independiente es simplemente acicate para la frustración.

En ocasiones hay denuncias pero las autoridades no investigan o archivan los expedientes por razones políticas. En otras ocasiones, nadie inicia recursos jurídicos o políticos para que el humo de las alarmas periodísticas se convierta en acción ciudadana.

En otras palabras, se requiere que en México existan mayores condiciones facilitadoras para prevenir, investigar y sancionar hechos de corrupción, así como mecanismos para que los gobernantes respondan a las exigencias de la ciudadanía.

Finalmente, es necesario que la prensa tenga acceso a métodos de financiamiento independientes del gobierno en turno y que los periodistas tengan garantizada la seguridad en el ejercicio de sus funciones, lo cual representa un reto histórico en México. Sin finanzas sanas y sin seguridad para los reporteros, los medios difícilmente pueden erigirse como contrapesos.

El Diario de Yucatán es un ejemplo de prensa independiente que durante 98 años se ha enfrentado a los desafíos que implica el desarrollo de un periodismo profesional, que busca proporcionar información imparcial y veraz a los ciudadanos, permitiéndoles tomar las mejores decisiones.

En México hay un segmento mayoritario de la prensa que depende del financiamiento del gobierno, usando la información publicada como una vía para tener acceso a contratos gubernamentales o para hacer negocios al amparo del poder. Es una prensa que se adapta al momento, que reproduce las declaraciones de los políticos con el fin de agradar a quien les paga, no a quien los lee o escucha.

Esa prensa, ayer como hoy, domina la escena pública. El Diario de Yucatán es una excepción refrescante a esa regla. Y por eso, este periódico brilla con luz propia. Ojalá en México hubiera muchos medios como éste. Le haría mucho bien a nuestra democracia.— Mérida, Yucatán.

Expresidente del INE, director general de Integralia Consultores

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