Jesús Retana Vivanco publicidad Retana
Jesús Retana Vivanco, autor de 'El estanque de los cocodrilos'

El porqué de los porqués. Las contestaciones enfadadas que dan a veces son ásperas cuando se trata de contestar algo que pregunto; con frecuencia me enfrento a una realidad difícil de evitar al momento de solicitar algo, hacer algún trámite en ventanilla, pedir un servicio o simplemente pagar la cuenta del restaurante. Me ven con disimulo, me analizan: cabello claro, blanco, ojos claros y un acento que no es el local, luego entonces viene la intención hiriente escudada en una respuesta que tratan de esconder tal vez por un atávico resentimiento, una envidia manifiesta que aviva el enfado de lo que estoy solicitando, el resultado es una contestación en tono desagradable. Esto lo vivo y lo veo muy seguido con los que vienen de otros estados y tienen que lidiar con ello.

Estoy de acuerdo, hay personas que son prepotentes y por eso el trato poco amable, pero la generalidad suprime el terreno de la cordialidad. No es un reclamo, es algo cotidiano que se ve cada vez con mayor frecuencia.

Hay ocasiones en las que mis preguntas se quedan sin respuesta, me deja confundido porque la persona a la que le pregunté sí me escuchó, sí entendió pero nunca contestó.

Había un “amigo” yucateco con el que hace algunos años acostumbraba jugar golf, gente amable de buen trato, hicimos amistad iba a celebrar en grande su cumpleaños, invitó a todos los que conocía… menos a mí, ¿por qué? no lo sé, tal vez el síndrome del chilango hizo presa de su decisión.

Tuve la necesidad de ir al Registro Civil a realizar un trámite y el trato que me dio la empleada me hizo sentir  mal a pesar de mi amabilidad, ahí me di cuenta que algo no está  funcionando; no nada más en Mérida sino en casi todos los estados de la República existe un odio vedado, una división que aflora cuando confrontamos ideas, gustos, conocimientos, habilidades o lo que se le ocurra. En gran parte esto viene del encono de un Presidente que polarizó a la  sociedad en dos bandos: conservadores contra liberales, clases medias contra clases bajas, empeñado en gobernar con el hígado y no con la cabeza. Si tengo que dar una respuesta, diría: es porque quiere pasar a la historia como un gran dictador que asume el control total del Estado.

Los porqués

Pregunto: ¿por qué AMLO trataba muy bien a Arturo Zaldívar, ex ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia?

Porque pactó con él para que manipulara las decisiones de los jueces e impedir la libertad de las personas imputadas en delitos o controversias.

Pregunto: ¿por qué AMLO emitió un decreto para no transparentar las grandes obras como el Tren Maya, el corredor interoceánico, el aeropuerto de Tulum etc. etc. catalogándolas como  “obras de seguridad nacional”?

Porque decidió manejar los recursos a su antojo sin que nadie pudiera impedir su construcción.

Pregunto: ¿por qué AMLO desmanteló el seguro popular e inventó el INSABI que nunca funcionó y dejo sin atención médica a cincuenta millones de personas y ahora inventa el llamado IMSS–Bienestar? –otro fracaso–

Porque quiere pasar a la historia como el sanador de los necesitados y políticamente quería “acabar con la corrupción” que dijo existía.

Pregunto: ¿por qué AMLO no ha podido otorgar medicinas a los derechohabientes del sector salud?

Porque la mega farmacia supuestamente terminaría con el desabasto y la corrupción…  tampoco funcionó.

Pregunto: ¿por qué AMLO no ha metido a la cárcel a ningún corrupto de los que tanto habla?

Porque nos llena de mentiras todas las mañanas y siempre tiene otros datos.

Así podemos seguir preguntando pero la paciencia se acaba y las contestaciones casi siempre son las mismas: en este gobierno de cuarta, no ha funcionado nadaaa.

¿Por qué escribí esto? porque la verdad no peca pero ¡ah! cómo  incomoda.— Mérida, Yucatán, 26 de febrero de 2024

X (antes Twitter): @ydesdelabarrera

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