La muerte de Camilo Ochoa Delgado, influencer conocido como “El Alucín”, causó conmoción en Morelos y en internet. El creador de contenido, que había construido parte de su fama relatando su pasado en el narcotráfico, fue encontrado muerto en una vivienda de Temixco.

Su última publicación en Instagram y Facebook, realizada horas antes del crimen, se convirtió en un testimonio que sus seguidores retomaron con asombro y tristeza.

¿Cómo fue asesinado el influencer Camilo Ochoa?

La Fiscalía General del Estado (FGE) de Morelos confirmó el homicidio de Camilo Ochoa Delgado el sábado 16 de agosto de 2025 en la colonia Lomas de Cuernavaca, municipio de Temixco. Vecinos reportaron múltiples detonaciones de arma de fuego alrededor de las 17:24 horas en la calle Laureles.

Al llegar los elementos de seguridad, encontraron el cuerpo sin vida de Ochoa dentro del baño de una vivienda. Paramédicos confirmaron que “El Alucín” había muerto por impactos de bala.

Testigos señalaron que el agresor escapó en un vehículo Chevrolet Sonic, sin que hasta el momento se conozca su paradero.

Así fue el último vídeo de Camilo Ochoa “El Alucín” antes de morir

Horas antes de su muerte, Camilo Ochoa compartió un video en sus perfiles de Instagram y Facebook. En el clip, de más de cuatro minutos, aparecía probándose ropa y gorras, mientras hablaba de la dificultad de elegir qué atuendo llevar ese día.

Con un tono desenfadado y lleno de expresiones coloquiales, comentó sobre las marcas de ropa, su gusto por las gorras y la incomodidad que le causaban ciertos pantalones entallados.

Finalmente, mostró que usaría una camisa negra, un pantalón gris y unas botas tácticas, además de una gorra de la marca The Hass Club. Esa vestimenta coincidió con la que llevaba puesta al momento del ataque.

En la grabación también mencionó tener más de 350 gorras y bromeó sobre la rutina diaria de escoger ropa. A lo largo del video, interactuó con sus seguidores, recomendando ciertos diseños y hablando de música, al mismo tiempo que hacía referencia a su estilo de vida.

El post rápidamente acumuló más de 7 mil “me gusta”. En Instagram, los comentarios estaban desactivados, pero en Facebook se generó un intenso debate tras conocerse su asesinato.

¿Quién era Camilo Ochoa, influencer vinculado a “Los Chapitos”?

Camilo Ochoa no ocultaba su historia. En entrevistas, podcasts y transmisiones en vivo relató que fue parte del Cártel de Sinaloa hasta 2014, cuando fungía como sicario en la zona de Mazatlán. Según su propio testimonio, llegó a controlar una plaza y estuvo involucrado en enfrentamientos con rivales internos y externos.

Entre sus relatos más conocidos, narró haber tenido roces con Dámaso López Núñez, alias “El Mini Lic”, así como un intento de asesinato en su contra. También contó que, en 2004, mientras trabajaba en el negocio familiar de comida rápida en Nuevo Laredo, Tamaulipas, fue secuestrado por integrantes de Los Zetas, lo que marcó un antes y un después en su vida.

Tras dejar las filas del crimen organizado, construyó un perfil público en redes sociales en el que aseguraba que su objetivo era concientizar a los jóvenes para que no repitieran sus pasos. Su estilo directo y sin filtros atrajo tanto a seguidores que lo veían como una voz de advertencia, como a detractores que lo señalaban de glorificar la violencia.

En enero de 2025, el nombre de Camilo volvió a sonar con fuerza cuando aparecieron volantes distribuidos en Culiacán. En ellos se le vinculaba, junto a personalidades como el cantante Peso Pluma y el influencer Markitos Toys, con la facción de Los Chapitos, encabezada por Iván Archivaldo Guzmán.

Los volantes instaban a la población a dejar de seguir a estas figuras en redes sociales, acusándolos de ser supuestos colaboradores financieros del grupo criminal. La alerta no pasó desapercibida: al menos seis de las personas mencionadas en esos volantes han sido asesinadas en meses recientes, lo que reforzó la percepción de que la lista funcionaba como una advertencia mortal.

Además de su pasado criminal, Ochoa tenía un elemento que lo mantenía en el ojo público: era hijo de Arnoldo de la Rocha, fundador de la cadena de restaurantes El Pollo Feliz. Esta relación lo colocaba en un entorno de notoriedad que potenciaba aún más la atención sobre su figura.

En entrevistas con periodistas como Adela Micha, Ochoa compartió reflexiones sobre el narcotráfico, los peligros de la violencia y las consecuencias de las decisiones que tomó en su juventud.