Vista del interior del Panteón Nacional de Lisboa

LISBOA (EFE).— El Panteón Nacional de Lisboa sólo se podrá alquilar para celebrar eventos culturales y quedará prohibido a cócteles y fiestas, tras la polémica causada por una cena en el marco de la Web Summit, publicó ayer el semanario luso “Expresso”.

Según el medio, en el Panteón, donde descansan los restos mortales de algunas de las principales figuras lusas, sólo se podrá celebrar eventos como lanzamientos de libros y conciertos de música clásica y su precio de alquiler se multiplicará por cuatro.

Esta medida surge después de que una cena efectuada en el marco del congreso tecnológico de noviembre pasado generase gran indignación en Portugal, donde hubo críticas a la realización de un evento festivo en un espacio funerario.

El propio primer ministro António Costa declaró en ese entonces que la celebración era “absolutamente indigna” y prometió cambios en la legislación al respecto.

Nueva normativa

La nueva normativa que está a punto de ser aprobada, según “Expresso”, prohíbe los eventos festivos en el Panteón, pero no en los otros dos monumentos nacionales de carácter funerario, el Monasterio de Batalha y el de los Jerónimos (en este último están prohibidas las cenas pero no los cócteles).

Esto supondría un paso atrás en lo anunciado por el ministro de Cultura, Luís Filipe Castro Mendes, quien había adelantado que la prohibición se extendería a los tres espacios, que sólo podrían ser usados para actos culturales u homenajes a figuras nacionales.

En la actualidad, la legislación portuguesa permite alquilar más de 20 monumentos como sedes de eventos privados, lo que genera anualmente 550,000 euros. Esta cifra representa el 2.2% del total del presupuesto que recibe la Dirección General de Patrimonio Cultural, encargada de autorizar la utilización de los espacios.

 

Edificio Detalles

El Panteón Nacional de Lisboa era conocido antaño como iglesia de Santa Engracia.

Larga construcción

La gran construcción barroca comenzó a edificarse a finales del siglo XVII y se terminó del todo… en 1966. De ahí que los portugueses comparen cómicamente cualquier proyecto extendido en el tiempo con las obras de Santa Engracia.