Pastoral de la Salud
La educación sexual es un tema que preocupa a padres y educadores. La familia es el lugar privilegiado para enseñar y formar a los niños y adolescentes en la comprensión del don de la sexualidad y su correcto ejercicio.
Hablar de sexualidad es positivo y enriquecedor, nunca debe ser tratado como algo sucio u obsceno. Ha de haber respeto, seriedad e, incluso, admiración ante el hermoso hecho de que somos hombres y mujeres y podemos dar vida a otro ser humano.
Durante la infancia los niños “descubren” la existencia de los sexos: saben que hay niños y niñas y que son diferentes. En esta edad es muy importante que los padres digan a sus hijos lo felices que se sintieron cuando supieron que era “él o ella” en el momento de nacer o en una ecografía. El niño está desarrollando las bases de su seguridad personal y propia personalidad y necesita mucho saberse querido y aceptado como es por aquéllos que más ama: sus padres.
Distinción de papeles
Es también muy importante que los niños observen una clara distinción en los papeles de papá y mamá en el vestir, las actitudes empleadas, etcétera. Esto no significa educar en la idea de: el hombre fuera de casa y la mujer en la cocina; es bueno que los niños vean a papá ayudando en casa y a mamá que puede trabajar fuera, pero saber que hay ciertas “tareas” que cada uno de ellos hace por los demás miembros de la familia.
Hoy vivimos en una sociedad que en el afán de la diversidad y pluralidad quiere camuflajear las identidades y roles. No olvidemos que cada padre y madre educa a sus hijos en los valores humanos y cristianos y que nada ni nadie puede suplir ese derecho de los padres de educar a sus hijos.
No renunciemos a educar y, más aún, a educar en una sexualidad integral que ayude al ser humano a un pleno desarrollo maduro para una vida armónica.
No hay que temer hablar con claridad y en la medida de las posibilidades.
La salud emocional de una familia se funda en el diálogo real y sin ficciones.— Presbítero Alejandro Álvarez Gallegos, coordinador diocesano de la Pastoral de la Salud
