Una forma de garantizar la salud del gato es mantenerlo dentro de casa con un ambiente enriquecido

Víctimas del mito

Entre los argumentos más comunes que se dan para justificar el rechazo a los gatos está que estos animales transmiten enfermedades. Y con frecuencia se menciona el riesgo de que contagien el toxoplasma gondii, parásito causante de toxoplasmosis.

Sin embargo, “para que un gatito nos transmita el toxoplasma es bastante difícil”, asegura la médica veterinaria zootecnista Esther Charles García, quien añade que una vez que son expulsados al ambiente en el excremento del felino los huevos del protozoo requieren de 24 a 48 horas para volverse infecciosos.

“Es mucho más probable que nos contagiemos comiendo carne cruda o mal cocida en la calle, o con vegetales que no están bien lavados que por las heces de nuestro gato”, señala.

La veterinaria, especialista de la marca de alimentos Whiskas, señala al Diario que el toxoplasma gondii puede estar presente en la mascota sin causarle problemas. Es cuando se debilita su sistema inmune que aparecen los signos clínicos, como fiebre y problemas respiratorios, gastrointestinales o neurológicos.

Los cachorros y los geriátricos son los gatos más susceptibles a desarrollar la enfermedad.

Diagnóstico

Para saber si en nuestro gato se aloja el toxoplasma gondii se puede hacer una prueba de sangre cuyo resultado se obtiene en 10 minutos. En el minino que resulta positivo se suele administrar clindamicina como tratamiento.

“En la visita regular al veterinario se puede hacer el análisis para determinar si el gato necesita o no tratamiento”, apunta la veterinaria Charles García, quien agrega que también hay otros métodos de detección que permiten hacer el diagnóstico.

“Es poco probable que el toxoplasma llegue a causar la muerte del gato. El animalito va a estar enfermo muy probablemente por las causas que lo están inmunosuprimiendo y sus signos se van a conjuntar con otros. Por ejemplo, si tiene leucemia habría problemas respiratorios, que sí podrían matar al gatito”, explica.

La profesional subraya que el parásito afecta a los humanos también cuando su sistema inmune está comprometido y en mujeres embarazadas podría causar malformaciones en el feto.

“Si la propietaria del gato está embarazada, que no sea ella quien limpie el arenero”, sugiere. Sin embargo, “si lo tiene que hacer, que use guantes, cubreboca y se limpie las manos después”.

Asimismo, “que no se adopten gatitos cuando se está embarazada, porque no se conoce la historia del animal y si tiene el toxoplasma se le podría llevar a casa”.

A los propietarios en general se les aconseja limpiar el arenero todos los días y una vez a la semana renovar completamente el contenido y desinfectar la bandeja. Es indispensable lavarse enseguida las manos.

Como medida de prevención, la médica veterinaria enfatiza la recomendación de mantener dentro de la casa al felino. Debido a que los ratones son asimismo huéspedes del parásito, cazar y comer roedores es la forma más común en que un minino adquiere el parásito.

“No es necesario que salga a pasear”, subraya la profesional; “si en casa tenemos el enriquecimiento ambiental suficiente el gatito va a ser muy feliz”.

Asimismo, recuerda que “la base de la vida saludable de nuestras mascotas es la alimentación”, de ahí la importancia de utilizar alimentos balanceados enriquecidos con vitaminas.— Valentina Boeta Madera

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