El médico veterinario zootecnista Marcelo Adrián Brito.

Podría presentar afectaciones en la vejiga y la uretra

El consumo insuficiente de agua y la obesidad son dos factores que harían que el gato presentara síndrome urológico, un conjunto de patologías que, de no atenderse en forma inmediata, reduce las probabilidades de sobrevivencia de la mascota.

Esta afectación de la vejiga y la uretra —el órgano que contiene a la orina y el conducto que la expulsa— ocasiona que el minino no haga pipí y que la secreción líquida comience a acumularse en el organismo.

El síndrome puede deberse a cálculos urinarios, tapones uretrales o infecciones que engrosan las paredes de la uretra y la “cierran”, explica el médico veterinario zootecnista Marcelo Adrián Brito, del Consultorio Veterinario La Mascotina.

“Requiere atención de emergencia”, subraya. “La orina es un medio para desechar los contaminantes del cuerpo y si la vejiga se mantiene llena esas toxinas entran nuevamente en la circulación y causan intoxicación urémica, lo que afecta a riñones, hígado…”.

El tratamiento debe aplicarse en las siguientes 24 a 48 horas, de lo contrario “difícilmente sobrevivirá el gato”. Por esa razón, “ante el primer síntoma de algo extraño en el animal hay que llevarlo al veterinario”.

Presta atención en caso de que…

De acuerdo con el médico veterinario, las alertas de esa anomalía son que el gato se coloque en el arenero en posición de orinar y no logre hacerlo, que acuda a un lugar no habitual para hacer pipí y tampoco lo consiga, y que vaya dejando pequeñas gotas de orina en el piso.

Igualmente, que se muestre inquieto, emita maullidos lastimeros y, a veces, que secrete sangre y vomite.

El veterinario Brito apunta que el tratamiento consiste en introducir una sonda en la vejiga para expulsar por ese medio la orina y administrar suero intravenoso a fin de estimular el trabajo de los riñones.

Se toman muestras de la orina para determinar el factor que desencadenó el síndrome y de la sangre para evaluar el grado de intoxicación del organismo.

Cuando los cristales presentes en la orina (los más comunes son los cálculos de estruvita y los de oxalato de calcio) son pequeños es posible que se desechen con ayuda del suero. “Pero si se trata de cálculos grandes se necesita cirugía”, advierte.

La alimentación de nuestro gato

La alimentación, añade, juega un papel clave en el síndrome urológico, tanto porque la obesidad predispone a la formación de cálculos como porque el elevado consumo de comida seca y el deficiente de agua favorecen la aparición de “tapones” y la irritación de la vejiga.

En algunos animales hay una tendencia natural a la formación de cálculos. Asimismo, la probabilidad de presentarlos aumenta con la edad y es más frecuente en machos que en hembras por una simple cuestión de anatomía: “La uretra del macho es más larga y angosta”.

Prevenir este problema pasa por cuidar el tipo de alimento y la cantidad de agua que ingiere la mascota. “Una opción es hacer un análisis de orina: si es muy alcalina, hay problemas, porque la orina del gato tiende a ser ácida, lo que evita la formación de cálculos”.

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