Arriba, el sacerdote Luis Espínola Echeverría, párroco de la iglesia de Lourdes, durante la misa de ayer en ocasión de la fiesta patronal. A la izquierda, la venerada imagen y, debajo de estas líneas, personas degustan tacos y tortas de cochinita en el atrio de la iglesia meridana, al final de la misa dominicial
Arriba, el sacerdote Luis Espínola Echeverría, párroco de la iglesia de Lourdes, durante la misa de ayer en ocasión de la fiesta patronal. A la izquierda, la venerada imagen y, debajo de estas líneas, personas degustan tacos y tortas de cochinita en el atrio de la iglesia meridana, al final de la misa dominicial Credit: VANESSA ARGÁEZ CASTILLA

Numerosos fieles se dieron cita ayer a la misa dominical en la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes, con motivo de la fiesta patronal de esta advocación mariana, oficiada por el sacerdote Luis Espínola Echeverría, quien invitó a los asistentes a participar en las siguientes celebraciones eucarísticas y a pedir por las familias.

“Por la familia, por el peregrinar de la sociedad, la Cuaresma que comienza con la ceniza, cuarenta días que vamos a prepararnos para acompañar a Jesús, a estar con él, caminar con él por su Pasión, muerte y resurrección”, indicó.

Durante la celebración de la Virgen de Lourdes, recordó a los fieles que la virgen les acerca a Jesús como toda madre que vela por sus hijos, siempre cuida y ve lo mejor para ellos, los protege.

Habló de la aparición de la Virgen a la pastora (Bernadette Soubirous en los montes del Pirineo francés, cerca del río Gave de Pau) y de la lectura del leproso al cual declaran impuro y Jesús lo cura.

Indico que, así como el Covid-19 y otras enfermedades, es importante buscar la cura en la fe y en la Iglesia, sobre todo cuando se peca, que ahí está la cura, acercándose a Dios.

“Necesitamos ser conscientes de que necesitamos a Jesús, mucha gente quería escuchar a Jesús y buscaba que él los curara de cualquier enfermedad, por eso el signo de la ceniza no es un sacramento”, explicó.

“La familia vive un momento difícil, el virus del Covid-19, la familia sigue sufriendo la enfermedad y le puede tocar a cualquiera de nosotros, hay que seguir la ley de Moisés, cuando una persona está enferma hay que darle cura, como al leproso”, compartió.

El padre caminó entre los fieles con micrófono en mano, llevando el mensaje de que es un día especial —por la fiesta mariana— y que se vienen días de reflexión y amor por uno, por el prójimo, las familias y Dios.

Al final de la misa, las personas degustaron tacos y tortas de cochinita en el atrio de la iglesia, en sana y familiar convivencia— VANESSA ARGÁEZ CASTILLA

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