La Biblioteca Yucatenense ha demostrado que su labor va más allá de custodiar libros. Este centro es un lugar vibrante donde el pasado se restaura, el presente se conserva y el futuro se imagina.
Ayer, como también lo hará hoy, la Biblioteca abrió sus espacios habitualmente restringidos al público para que los visitantes pudieran conversar con los especialistas encargados de proteger el patrimonio documental.
Mónica Chim Pat, experta restauradora, explicó que el primer paso que se da al recibir documentos, como libros, revistas, fotografías y discos, es separarlos según su formato. Luego, se realiza un diagnóstico detallado para identificar daños como roturas, dobleces o desprendimientos. “Cada libro es un mundo”, expresó Chim Pat, quien subrayó que cada pieza requiere tratamiento único.
¿Cómo conservar mejor los documentos?
La restauración incluye limpieza mecánica, eliminación de adhesivos dañinos y refuerzos en las partes deterioradas, utilizando herramientas como pinzas y espátulas especializadas.
Recomendó no guardar libros en cajas de cartón, ya que este material puede deteriorarse con el tiempo y no ofrece una protección adecuada contra factores ambientales como la humedad. En cuanto a las fotos, sugirió almacenarlas en un álbum de papel fabriano, un material más resistente y de calidad, ideal para conservarlas en buen estado. En cambio, desaconsejó el uso de álbumes de papel plástico, ya que este tipo de material puede dañar las fotos debido a su composición química.
En el área de encuadernación, Carmen Antonio Villarreal Pineda, quien lleva 33 años en la profesión, compartió su experiencia y pasión por conservar el pasado. A sus 75 años, es un verdadero guardián de la Historia.
“Cada libro, diario o foto es un testigo del pasado que merece ser tratado con respeto y precisión”, declaró Villarreal Pineda, quien, a pesar de no tener descendientes en su oficio, está dispuesto a enseñar a quien quiera aprender. Su arte, paciencia y dedicación son testimonio de la importancia de preservar la memoria histórica.
Además de la restauración física, la Biblioteca Yucatenense ha impulsado un proceso de digitalización, clave para preservar los documentos y hacerlos accesibles a un público más amplio. Juan Pablo Cahuil Euán y Eduardo Villarreal Montero son dos de los encargados de esto. Juan Pablo explicó que, aunque la digitalización es rápida cuando se usa la captura fotográfica, el escaneo de documentos más complejos, como los antiguos, puede tardar entre dos y diez minutos por página, según su tamaño y condición. El objetivo es siempre obtener la mejor resolución posible, garantizando así la calidad del archivo digital.
Uno de los documentos más fascinantes que se ha digitalizado es “Las probanzas de hidalguía”, de 1643. Este libro, hecho con papel de algodón, se ha conservado mejor que documentos más recientes gracias a la durabilidad de su material. Otro ejemplar significativo es uno de 1813 que marca la llegada de la imprenta a la región. Estos documentos históricos, junto con otros archivos de valor, requieren un manejo cuidadoso para evitar su deterioro.
El proceso se ha facilitado gracias a la Biblioteca Virtual de Yucatán, que fue creada en 2007. Este portal en línea (bibliotecavirtual.yucatan.gob.mx) ofrece acceso gratuito a vasta cantidad de documentos, lo que permite a la comunidad explorar y estudiar el patrimonio histórico de la región desde cualquier lugar.
La maestra Kandy Ruiz González, responsable de la Biblioteca, destacó que este tipo de eventos surge de la necesidad de compartir el trabajo de conservación con la comunidad. “Queremos que todos, sin importar su edad o antecedentes, puedan sentirse parte de esta historia”, subrayó.
La Biblioteca está comprometida a hacer que las nuevas generaciones se involucren en la revalorización del patrimonio cultural de Yucatán, un aspecto que considera fundamental para fortalecer la identidad de la sociedad. Además de las actividades de restauración y digitalización, la biblioteca promueve un vínculo profundo entre los archivos y la comunidad, resaltando que la Historia no solo está en los libros, sino también en los recuerdos y objetos cotidianos de las personas.
“Cada casa tiene su propio archivo, sus recuerdos, y eso es lo que estamos buscando compartir: la memoria colectiva”, indicó.
La Biblioteca Yucatenense ha demostrado que su trabajo es mucho más que custodiar libros y documentos. Cada libro restaurado, cada fotografía protegida y cada archivo digitalizado se convierte en un puente entre el pasado y el futuro. Estos esfuerzos no solo preservan la memoria histórica, sino que también permiten que las futuras generaciones sigan conectadas con su identidad cultural.
“Lo que queremos es que las personas vengan, se detengan, miren, escuchen y disfruten de lo que tenemos”, expresó Ruiz González.
La última jornada de puertas abiertas, hoy, será de 9 de la mañana a 5 de la tarde.
Biblioteca Más
Hoy es el último día de la jornada de puertas abiertas, de 9 a.m. a 5 p.m.
Ubicación
La Biblioteca Yucatanense se encuentra en el número 532 de la calle 60 entre 65 y 67, Centro. La entrada es gratuita, informes al 9999-23-11-80. Para conocer más actividades se invita a visitar las redes sociales de Sedeculta.




