LIMA (EFE).— Elísabet Benavent tenía muchas ganas “de hablar del esnobismo, del privilegio, de toda esta gente que no se cuestiona de dónde viene y por qué ve el mundo como lo ve”, y así surgió su más reciente comedia romántica: “Esnob”.
La autora de “Un cuento perfecto”, “Fuimos canciones” y la saga “Valeria”, la primera de tres de sus obras llevadas a la pantalla, explora por primera vez la perspectiva masculina en primer plano, haciendo del romanticismo una excusa para hablar de los prejuicios, las expectativas, la autopercepción y el cambio en las formas de relacionarse.
“Quería hablar también de lo mucho que ha cambiado el conocer a alguien con las nuevas tecnologías. El telón de fondo de ‘Esnob’ es una aplicación para ligar, que es lo que une a los protagonistas, pero no porque se conozcan a través de ellas, sino porque trabajan en ella”, explicó Benavent.
Su nueva novela presenta dos personajes atípicos, producto del ejercicio depurado que la autora ha realizado con los protagonistas a lo largo de su trayectoria.
“En los últimos años sobre todo han cambiado los personajes masculinos”, dijo.
He pasado del príncipe azul que alimentaba la literatura romántica a un hombre que pone en duda la propia masculinidad frágil, las presiones sociales que se ejercen, etcétera”, agregó.
Pese a atraerle la idea de “hablar del privilegio” y “ponerlo en duda” en el entretenimiento audiovisual, la novelista admitió que su visión se centra ahora en otros frentes abiertos.
Al igual que en las relaciones personales, la tecnología ha generado nuevos hábitos de consumo, con tiempos estrictos, demandas de atención exacerbadas y estímulos constantes que podrían hacer del libro un entretenimiento incompleto, una idea con la que la autora no comulga.
“Ahora mismo es todo tan inmediato que la lectura supone un esfuerzo, pero se lee y la gente joven lee mucho, a veces más que la gente mayor”, afirmó la autora.
Según indicó, este público tiene menos preocupaciones que el adulto, menos prejuicios y mucha curiosidad, que “es el motor de aprendizaje”.
“La gente joven lee muchísimo, se está formando de una manera global porque leen de todo, llegan miles de libros a manos de los adolescentes y ellos hacen su propio filtro, lo que también genera su propio criterio”.
La escritora nacida en 1984 en Gandia (Valencia) destacó las plataformas como un espacio donde se ha creado comunidad, se comparten impresiones, recomendaciones y, en resumidas cuentas, han hecho de leer algo “cool”; eso sí, insiste en que “la vida real está fuera”.
“Yo le tengo mucho miedo, no tanto a la página en blanco, sino a quedarme sin ideas, sin historias”, expresó sobre el origen de sus 23 publicaciones.
“Quiero hablar sobre el síndrome de la niña buena, la autoexigencia, la precariedad laboral, el techo de cristal, feminismo, relaciones, toxicidad, sensualidad, sexualidad, deseo, tabús (…)”.
Admitió que la profesión del escritor es solitaria y es al encontrarse con sus lectores cuando se confirma “si ha funcionado o no”.
Es con ellos que descubre nuevas visiones, opiniones, errores y es aquí donde se enriquece la obra porque “al final es el ojo ajeno el que lo completa, siempre”.
Actualmente, Benavent “lima y corrige” la que será su próxima novela, aún sin título, que presentará en España en la primavera de 2026, proyecto que comparte con la producción ejecutiva del rodaje de “Toda la verdad de mis mentiras”, adaptación audiovisual de otra de sus novelas.
