La Arquidiócesis de Yucatán cerrará el Año Jubilar de la Esperanza este domingo 28 y lunes 29 mediante ceremonias parroquiales y una misa diocesana.
El domingo 28, cada una de las parroquias y de las iglesias jubilares celebrará eucaristías de clausura, informó el presbítero Federico Noh Euán, vicario episcopal de pastoral.
Precisó que los santuarios jubilares son Nuestra Señora de Guadalupe, ubicada en el barrio de San Cristóbal; el Divino Niño; Los Tres Reyes, así como el convento franciscano de Izamal. También participarán las parroquias de Chumayel y Kinchil.
Estas parroquias y santuarios realizarán la clausura el domingo 28, conforme lo establece la bula jubilar. Cada párroco llevará al cabo su propia celebración de clausura, definiendo los horarios correspondientes. En tanto, el lunes 29, el arzobispo de Yucatán, monseñor Gustavo Rodríguez Vega, ha determinado realizar la clausura diocesana.
En relación con este acto, el padre Federico Noh explicó que cada diócesis debe efectuar una clausura a nivel diocesano. Una vez concluidas las celebraciones en parroquias y santuarios, se llevará al cabo la clausura diocesana el lunes 29.
Todas las personas que deseen participar en esta ceremonia se concentrarán en la iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, conocida como Monjas, a las 11:30 de la mañana. Ahí se realizará una breve ceremonia y, entre las 11:40 y 11:45 horas, los asistentes saldrán en procesión con destino a la Catedral, donde la misa se celebrará a las 12 del día.
La ceremonia eucarística será presidida por mons. Gustavo Rodríguez Vega, y será concelebrada por los obispos auxiliares, monseñores Pedro Mena Díaz y Mario Medina Balam.
Ese día, conforme lo marca la bula jubilar, los fieles podrán obtener indulgencia plenaria, ya sea para sí mismos o para algún difunto, indicó el presbítero Federico Noh Euán.
A la clausura diocesana asistirá la curia diocesana, los canónigos y la totalidad del presbiterio. Asimismo, se rezará por el papa León XVI, como lo establece la Penitenciaría Apostólica, y se seguirá el protocolo correspondiente para obtener la indulgencia.
Se espera la asistencia de sacerdotes y de representantes de los 14 decanatos que integran la Arquidiócesis de Yucatán. El objetivo, señaló el sacerdote, es que participe todo el pueblo de Dios en la ceremonia de clausura del Año Jubilar.
Durante la celebración, explicó, todos los participantes ingresarán por la puerta principal de la Catedral, como signo. Esta entrada representa la Puerta del Perdón o puerta santa, símbolo del acceso al cielo, signo que ha acompañado a los fieles durante todo el jubileo.
Peregrinaciones
Durante el Año Jubilar de la Esperanza hubo múltiples peregrinaciones a los santuarios. La Catedral de Mérida registró una alta participación del pueblo, con la asistencia de numerosos gremios, asociaciones y diversas dimensiones de la pastoral, que también realizaron sus peregrinaciones y misas jubilares.
La peregrinación, explicó, formó parte del protocolo para ganar la indulgencia. Aclaró que el signo propio de la misa jubilar es la procesión, ya que implica caminar hacia otro lugar, a veces bajo el sol, enfrentando las inclemencias del tiempo o el cansancio, como una figura del camino del cristiano hacia el cielo.
La peregrinación, señaló, toca la humanidad y la realidad humana. Es una expresión de la fragilidad del ser humano, que peregrina en este mundo con la esperanza de llegar a la eternidad.
El sacerdote reiteró que el Año Jubilar fue un tiempo de fiesta y de gracia, en el que se derramaron abundantes gracias espirituales. Fue una oportunidad para ganar indulgencias, realizar peregrinaciones, participar en procesiones y vivir la esperanza, como lo expresa la bula jubilar con la frase “la esperanza no defrauda”.
Consideró que este año fue ampliamente aprovechado por los creyentes católicos de Yucatán y representó una experiencia significativa de Iglesia diocesana. Destacó que, en pocas ocasiones, los fieles acuden con tanta frecuencia a la Catedral, que durante este año se convirtió en un centro de reunión y encuentro de la comunidad diocesana.
Numerosos grupos, parroquias y decanatos realizaron sus peregrinaciones y encuentros en la Catedral, lo que constituyó una experiencia de gracia muy significativa, con una amplia participación de fieles, subrayó.
En el ámbito de la fe y del perdón, añadió, la Catedral mantuvo una constante presencia de personas participando en el sacramento de la confesión, atendidas por los canónigos y otros sacerdotes, lo que propició un mayor derramamiento de gracia entre los fieles.
Sentimiento fraterno
El Año Jubilar fue también una oportunidad para sentirse Iglesia, Iglesia diocesana e Iglesia de Jesucristo, expresó el presbítero.
Recordó que el objetivo del Año Jubilar, conforme lo señala la bula, es recordar el paso del ser humano llamado por Dios a caminar hacia la vida eterna, a partir de las gracias que Dios derrama continuamente.
El Papa, añadió, recuerda en la bula que existen múltiples oportunidades diarias de reconciliación, perdón y misericordia, incluso fuera del Año Jubilar, a través de las obras de misericordia y de la relación filial con Dios, que permiten al creyente avanzar en el camino de la santidad.
En ese sentido, explicó, el Año Jubilar acentúa prácticas como las procesiones, la oración y el camino espiritual, recordando la debilidad humana que puede ser fortalecida por Dios, aunque estas oportunidades están presentes todos los días y todos los años.
Por ello, afirmó, el objetivo del Año Jubilar se cumplió. La esperanza no defrauda porque está puesta en Jesucristo, nuestro redentor, y en la certeza de la resurrección. “El Año Jubilar, concluyó, es una oportunidad para acrecentar la fe y recordar el camino del creyente hacia la eternidad, motivando la vida espiritual de la comunidad”.— CLAUDIA IVONNE SIERRA MEDINA
De un vistazo
Clausura
El Papa realizará la clausura del Año Santo en la Iglesia Universal el próximo 6 de enero, recordó el presbítero Federico Noh Euán, vicario episcopal de pastoral.