WASHINGTON (EFE).— La secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, afirmó que la muerte de una niña inmigrante bajo custodia de las autoridades de Estados Unidos, tras cruzar la frontera desde México, “es un ejemplo muy triste de los peligros del viaje”.
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“Esta familia eligió cruzar ilegalmente, estaba a 90 millas (145 kilómetros) del sitio donde los podíamos procesar y vinieron en una multitud tan grande que a nuestra gente de la Patrulla Fronteriza les llevó un par de veces conseguirlos a todos”, señaló en declaraciones a la cadena de televisión Fox News.
Atención inmediata
Kirstjen Nielsen añadió que las autoridades estadounidenses atendieron de inmediato a la familia inmigrante. “Aun así estamos revisando la situación”, aclaró.
La responsable de Seguridad Nacional calificó de conmovedora la muerte de la niña: Mi corazón está con su familia, todo el DHS (siglas en inglés de Departamento de Seguridad Nacional).
“Deshidratación y extenuación”
Ayer “The Washington Post” se hizo eco de un comunicado de la Patrulla Fronteriza, que informaba de la muerte de una menor guatemalteca por deshidratación y extenuación horas después de cruzar la frontera desde México con su padre y ser detenida por este cuerpo.
De acuerdo con la Patrulla Fronteriza, la niña y su padre fueron detenidos la noche del 6 de diciembre al sur de Lordsburg (Nuevo México) tras entregarse a los agentes con un grupo formado por 163 migrantes.
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Hacia las 06:25 del día siguiente, ocho horas después de su detención, la niña empezó a tener convulsiones y fue trasladada con fiebre de 41 grados en helicóptero a un hospital de El Paso, Texas, donde llegó con paro cardíaco.
En el hospital lograron reanimarla, pero murió horas después.
Según el comunicado de la Patrulla Fronteriza, la niña llevaba varios días sin comer o consumir agua en el momento de su detención.