Andy Ventura, un peculiar personaje de céntrica calle
A ritmo de cumbia, Andy Ventura, un vendedor ambulante de frituras, ofrece sus productos durante las noches de los fines de semana en el corazón de Mérida.
Vestido con pantalones y camisa blancos, un chaleco oscuro y un albo sombrero, el joven de 25 años de edad llama la atención de potenciales clientes con su baile y su pregón peculiar.
“Mega, mega, megachicharrones”, canta mientras baila al compás de sus espontáneos temas de contagioso corte tropical.
Andy revela al reportero que desde que tenía cinco años de edad acompañaba a su abuelo, Juan Ventura, al parque del Centenario para ofrecer chicharrones y otras fritangas, labor que dos décadas después continúa realizando ahora sólo los fines de semana, en particular los domingos, para ganarse unos pesos y ayudar a la economía de su familia.
Las noches de los viernes, sábados y domingos ya se ha hecho común que Andy forme parte del panorama de la confluencia de las calles 60 con 63, a unos pasos del corazón de la Plaza Grande para vender sus “megachicharrones”, aderezados no sólo con la salsa del picante sino también con la de su cadencia para bailar al promocionar sus productos.
Y su estilo singular le parece dar buenos resultados, ya que afirma que sus fritangas se venden todas.— Fernando Acosta Yam
