Daniel Solana

Las redes sociales, aliadas en contra de las dictaduras

Los medios sociales, como Facebook o Twitter, “han logrado cosas maravillosas” en la lucha contra las dictaduras y en la construcción de la paz, advirtió ayer la periodista, política y activista yemení Tawakkul Karman, Premio Nobel de la Paz 2011, en la segunda jornada de la Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz, que se celebra en esta ciudad.

En la llamada Primavera Árabe, dijo, “nosotros usamos Facebook, por ejemplo, para llamar a las marchas y protestas y nos sirvió como un medio para organizar a las personas, para reunirlas con sus líderes, sin que la dictadura logre impedirlo”.

Por su parte Jody Williams, una profesora estadounidense, activista de derechos humanos y ganadora del Premio Nobel de la Paz en 1997 por su trabajo en favor de la prohibición internacional del uso de minas antipersonales, afirmó que en la lucha por los derechos cívicos las redes sociales “son solo una herramienta, que por sí sola no construye la paz”. La gente piensa, añadió, que si habla en las redes sociales “ya son activistas, pero la base del activismo es moverse, tomar acciones para el cambio, eso es lo que importa”.

Las señoras Karman y Williams participaron en la mesa panel “La responsabilidad de los medios globales en la preservación de la paz en el mundo”, junto con Daniel Solana, de la Organización Internacional del Trabajo; la madre Agnes Marie of the Cross, palestina, superiora de un convento católico en Siria y defensora de los derechos humanos en ese país; Mark Dullaert, presidente de la fundación holandesa Kids Rights y Erica Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional, la organización que obtuvo el Premio Nobel en 1977.

En su intervención, Guevara Rosas destacó que el papel que debe jugar la sociedad en la construcción de la paz es el de “exigir y demandar la existencia de un periodismo independiente, de un periodismo que diga la verdad, que sea crítico, que no se acomode a los poderes en turno, que son los que terminan comprando los derechos de la libertad de expresión”.

Añadió que por eso es importante que “compremos y paguemos el periodismo independiente, que lucha contra la corrupción, la impunidad y la injusticia”.

Arma

En otra parte de su exposición, Tawakkul Karman señaló que en muchos países árabes las dictaduras también usan los medios sociales en contra de los opositores “para difamarnos y atacar nuestras cuentas, pero nuestra voz ha sido más fuerte que la de ellos”.

Recordó que su lucha en Yemen contra la dictadura la comenzó como una lucha por la libertad de expresión, “que en mi país está muy limitada”, dijo. “Solo habían unos cuantos periódicos cercanos al régimen y nadie podía tener una estación de radio o tomar fotografías”.

“Nuestro movimiento solicitó al gobierno una licencia para operar una estación de radio pero no nos las dieron. No nos desanimamos y en lugar de la radio formamos un servicio de noticias móvil, de mujeres periodistas sin cadenas, que alcanzó a miles de personas de todos los pueblos de Yemen”, contribuyendo a la democratización de la nación. Así que para mí, indicó, “los medios sociales juegan un papel fundamental en la creación de la paz y en ese sentido han logrado cosas maravillosas”.

“Lo vemos en Sudán y en Argelia, donde la oposición usa los medios sociales para criticar al gobierno y más recientemente en Egipto, donde también la gente se enfrenta a la dictadura militar a través de esos mismos medios”.

Añade que el poder de estas redes es tan grande que en Arabia Saudita hay millones de usuarios de Twitter, que han infundido tanto temor a los dictadores que la mayoría de quienes tiene una cuenta con miles de seguidores están en la cárcel.

Siria

La madre Agnes Marie of the Cross relató que nació en Líbano, donde vivía su padre, un refugiado palestino, pero por su vocación religiosa se trasladó a Siria, donde rescató un monasterio del siglo V, “para conocer mis raíces”.

“No trabajo en política, soy religiosa, pero durante el conflicto interno en ese país me pidieron hacer una historia de primera mano de nuestros esfuerzos por ayudar a los necesitados y escribir lo que pasaba, lo que veía. Empero, eso no agradó a importantes medios de comunicación y a quienes están detrás de ellos, que parecían ser superpotencias.

“Ellos me hicieron la guerra, pero mis artículos fueron leídos y defendidos por muchas personas de la comunidad internacional, gracias al acceso que tienen a los medios sociales. Me siento orgullosa del apoyo recibido en todas partes del mundo, únicamente porque tuve el valor de decir lo que veía, como testigo de primera mano, y no ser políticamente correcta”.

En su turno, Mark Dullaert, presidente de la fundación holandesa Kids Rights, dijo que él trabajó en los medios tradicionales de su país antes de fundar la organización, y reconoció que éstos han dejado fuera a los niños y a los jóvenes. “No les dan la palabra, no están en las noticias”. Sin embargo, añadió, los niños y jóvenes “sí están en los medios sociales, lo cual es magnífico, aunque nadie les ha enseñado cómo usar esos medios, que son un mundo virtual”.

Explicó que los adultos seguimos con la idea del país nacional, con su territorio, su bandera, etcétera, “pero los jóvenes ya no tienen fronteras, su mundo es virtual, hacen sus propias comunidades de deportes, del cambio climático, de películas y nosotros, como adultos, debemos tratar de entender eso”.

Agregó que ahora, como nunca, los jóvenes han crecido, al grado de que la mitad de la población mundial tiene menos de 24 años y rara vez son representados. “No se sientan a la mesa, ni participan en las decisiones de los líderes mundiales. En casi todos los países los mayores de 18 años pueden ser votados, pero en ningún lugar del mundo hay un chico o una chica sentado en el parlamento”.

Estado digital

En este sentido, Dullaert informó que Kids Right ha fundado un “estado digital sin fronteras para unir a los jóvenes de todo el mundo y darles voz, que se llama State of Youth” y cuya página en internet fue lanzada ayer mismo, mientras se hacia el anuncio. Se trata, dijo Dullaert, de una iniciativa que organizará referéndums sobre cuestiones mundiales apremiantes, comenzando con el cambio climático, y presentará los puntos de vista de la comunidad de jóvenes a los líderes mundiales.

Es un nuevo “estado digital” no político y no religioso que tiene como objetivo trascender las fronteras nacionales y empoderar a la comunidad juvenil mundial de 13 a 24 años para que actúe sobre los problemas más acuciantes del mundo, dijo.— HERNÁN CASARES CÁMARA

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