MÉRIDA.- Una familia cubana se encuentra de luto tras el fallecimiento de su pequeña hija de tan solo 4 años de edad, quien sufrió un accidente en el interior de una iglesia de Mérida.

El fatídico accidente ocurrió el pasado domingo 7 de enero en la Rectoría Villa de Guadalupe, ubicada en la calle 33 Por 46 y 46ª de la colonia Gonzalo Guerrero.

De acuerdo a la información obtenida, el incidente ocurrió cuando la niña estaba jugando y se colgó de un banca de la última fila, la cual se volteó y cayó sobre ella.

De inmediato trasladaron a la pequeña a un hospital. Sin embargo, debido a que las bancas son de madera y pesadas, la niña resultó con graves afectaciones y estuvo hospitalizada más de 20 días en una clínica particular cercana a la Plaza Altabrisa.

Los padres de la menor forman parte de la comunidad cubana en Mérida y también del coro Kaliz que canta en la Villita de Guadalupe.

Iglesia lamenta muerte de niña en Mérida; apoya a la familia

“Estamos muy tristes, adoloridos y rogamos a Dios para que les de todo el consuelo y fortaleza a los padres de la niña Marina R.P. quien falleció la madrugada de este lunes, a raíz de un accidente en la Rectoría Villa de Guadalupe”, expuso el presbítero Alfredo Cirerol Ojeda, rector del templo mencionado.

El sacerdote explicó que debido al golpe el duodeno, que es donde inician los intestinos, se golpeo y también otros órganos se lastimaron.

El padre Alfredo Cirerol expuso que conoce y aprecia desde hace muchos años al matrimonio que sufrió la triste pérdida. Además recalcó que están apoyando a los padres de familia en aspecto moral, espiritual y económico para los gastos de la hospitalización.

En la comunidad también se hicieron colectas, a las que se sumaron la parroquia de María Inmaculada.

El velatorio de la menor se realizó el lunes en La Piedad y también ayer mismo cremaron los restos de la pequeña.

Tras la tragedia decidieron asegurar al piso del templo, de modo que ya no se pueden mover. El sacerdote reiteró que este fue un lamentable accidente, en el que nadie tiene la culpa y por el cual la Iglesia local está de luto.

El padre Alfredo Cirerol exhortó rezar por los papás de la niña por su terrible pérdida. “Ella ya es un ángel que goza la presencia de Dios” y reiteró que seguirán pidiendo por ellos en las misas.”

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