Mérida, Yucatán.― Desde hace diez meses, el día 10 es una fecha fatídica para Silvia Aracelly Padilla Solís.
El 10 de febrero, falleció su esposo José López Toro en el mayor hecho trágico ocurrido hasta ahora en el Sistema Metropolitano de Movilidad Amable y Sostenible Va y Ven, en Mérida, administrado por la Agencia de Transporte de Yucatán (ATY).

El 28 de enero de este año, José López Toro conducía una unidad de la ruta Circuito Metropolitano.
Usuarios le avisaron que una joven era objeto de una agresión sexual. Detuvo el autobús, cerca del paradero de la calle 109 entre 66 y 66-B de la colonia Obrera de la capital yucateca.
Abrió la puerta trasera del camión y se trasladó hasta donde estaba el agresor para verificar la situación. El acosador reaccionó con violencia y lo lanzó fuera del autobús.
#VÍDEO⚠️ Hombre causa la muerte de un chofer del Va y Ven.
— Diario de Yucatán (@DiariodeYucatan) February 11, 2024
Los hechos sucedieron el pasado 28 de enero cuando un sujeto agredió a un operador del Circuito Metropolitano "Va y Ven", provocándole lesiones que le ocasionaron la muerte reportada este sábado 10 de febrero. La Fiscalía… pic.twitter.com/1XuSWzjh7R
Muerte en el Va y Ven en Mérida. “Se hicieron todos a un lado”: Silvia Padilla
El impacto de su cabeza con el pavimento le provocó la muerte. El agresor sexual y homicida fue detenido, en un proceso jurídico que aún se desarrolla para que finalmente le dicten una sentencia definitiva.

Al chofer fallecido le dieron el útimo adiós con un recorrido en la unidad que manejaba en el Circuito Metropolitano, la número CM 030, donde colocaron una corona de flores balncas y un listón color negro.
Pero la vida en el hogar de José López Toro debió continuar sin él. Los meses han pasado, pero no el dolor de la tragedia y las consecuencias de su ausencia.
Para Silvia Araceli, su esposa, han sido 10 meses de abandono y gestiones sin que hasta la fecha haya conseguido el pago del finiquito que le corresponde tras la muerte de su esposo.
Solicitan indemnización
Mientras narra el calvario que vive las lágrimas se le escapan y lamenta que la empresa no quiere proporcionar una indemnización de muerte por accidente de trabajo que ocurrió durante su jornada en el Va y Ven en Mérida, aunque existe un vídeo como prueba que da cuenta de los hechos.
La viuda sólo consiguió que le otorgaran el 40% de la pensión, con eso debe enfrentar las necesidades propias y de dos de sus hijos: Jesús, una persona con discapacidad de 19 años que depende para todo de ella, y Saúl Alfonso, un adolescente que cursa la preparatoria.

El impacto de la tragedia se vive en el número 399 de la calle 113, en Cinco Colonias.
Silvia Araceli Padilla Solís recibe a Diario de Yucatán en compañía de Jesús, sentado en una silla de ruedas.
El joven tiene Parálisis Cerebral Infantil (PCI), espasticidad y epilepsia, por lo que requiere de su apoyo las veinticuatro horas del día.
Tristeza, angustia, e indignación
Con tonos que van de la tristeza, la angustia, la indignación y la petición, la mujer de 51 años y quien por 33 compartió su vida con el chofer ultimado, asienta: “La verdad creo que se hicieron todos a un lado”.
Con la voz quebrada, recuerda:
“En el velorio, se me acercó el líder transportista David Quintal Medina. Me dijo que contaba con el apoyo de la empresa y que nos iban a proporcionar todo lo que por ley corresponde. Que yo esté tranquila y confíe”.
En los hechos, ha resultado todo lo contrario:“Prácticamente no nos han apoyado. La empresa (ATY) casi se deslinda de todo. No hay respuesta alguna. Primero me dijeron que del Seguro correspondía el 100%.
“Resulta que lo clasificaron como muerte natural; después corrigieron a accidente de trabajo, pero no la cantidad del pago: sólo otorgaron el 40%”, expone Padilla Solís.

Relata que en el mes de abril la llevaron a las oficinas de la Agencia de Transporte de Yucatán (ATY) y la presionaron para firmar un documento:
“Decidí firmar para que todo se acabara”.
Silvia Aracelly Padilla Solís.
“Nada es justo”
Silvia Aracelly Padilla Solís indica que, desde un principio el organismo, no quiso asumir el concepto de indemnización:
“Según ellos no corresponde. Otros abogados nos han confirmado que debe proceder porque fue riesgo de trabajo.
“El golpe se lo dieron en horario laboral y en circunstancias laborales, cuando defendió a una usuaria del transporte en una unidad de la empresa en donde laboraba. Nada es justo”.
Así era el conductor del Va y Ven en Mérida que murió por defender a una joven
Silvia es consumida por las necesidades cotidianas, los préstamos y la espera. Mucho le falta, pero sobre todo el padre de sus hijos:
“José era una persona alegre, responsable, servicial. Siempre apoyaba a su familia o conocidos. Por todos lados hacía amigos. Su actividad, toda la vida, fue operador.
“Salía de madrugada: 3 y media o cuatro de la mañana para trasladarse al punto de donde le correspondía iniciar la vuelta. Regresaba a casa al mediodía para convivir con nosotros”.
Apegado a su familia, José López Toro tenía la meta de que su hijo menor estudiara y terminara una carrera:

“Estaba feliz porque pudo comprarle una computadora. Le compartía a sus amistades que ese era uno de sus principales proyectos: que su hijo pequeño estudiara”.
Pero esa dinámica familiar se interrumpió el último domingo de enero de 2024. Silvia Aracelly comenta que ese día le avisaron que su esposo había tenido un accidente y fuera a verlo a urgencias del IMSS conocido como T1.
TE PODRÍA INTERESAR: Torcer la ley para dañar: Lucía, niña usada como arma, caso de violencia vicaria en Yucatán
Aún conversó con él sobre lo ocurrido:
“Escuchó a los pasajeros hablar. Algo pasaba adentro del camión. Lo detuvo y se acercó a ver qué sucedía. Esa persona estaba muy agresiva, alterada.
“Él en ningún momento intentó tocarlo. Me dijo que sólo le pidió de favor que se calmara y cambiara de lugar, cuando sintió el empujón y el golpe en la cabeza”.
José López Toro estuvo 13 días en el hospital. Incluso un día, le dijeron a la esposa que le iban a dar de alta, a pesar de la gravedad de las lesiones.
TE SUGERIMOS LEER: Generosa donación a viuda, tras muerte en el Va y Ven en Mérida
Sin embargo, los familiares se negaron a sacarlo porque no lo veían bien. En lugar de mejorar dejó de reconocer a las personas, a causa del fuerte golpe en la cabeza.
Tenía coágulos y una fisura en la cabeza. No fue operado de las lesiones craneoencefálicas. Los médicos indicaron que nada se podía hacer. El sábado 10 de febrero, aproximadaente a las diez de la mañana, falleció.
“Se fue un pedazo de mí”: su hermano gemelo lo echa de menos
“Se fue un pedazo de mí, porque somos gemelos. El 31 de mayo cumplimos años. Estuve triste, sin él a mi lado.
“Fuimos muy unidos desde pequeños. Desde que tuvimos uso de razón siempre fuimos apegados”, dice Luis Alejandro López Toro, hermano gemelo del extinto operador del Vay Ven en Mérida.

“Recuerdo que en su última conversación me pidió que lo acompañara a dar toda la vuelta de la ruta del Metropolitano. Lamentablemente, por cuestiones de trabajo no pude convivir con él en ese recorrido como lo deseaba”, expresa conmovido.
Que no le den “carpetazo” al asunto, piden
Alejandro López reitera la petición de la indemnización:
“El dinero no me va a devolver a mi hermano, pero la situación de mi cuñada y sus hijos es apremiante. Deben tomar conciencia.
“No estamos inventando nada: los artículos 501 y 502 de la Ley Federal del Trabajo dicen que le corresponde porque fue un hecho laboral. No pedimos ni más, ni menos, sino lo que marca la ley y que no le den ‘carpetazo’ al asunto”.
No hay apoyos, solidaridad. Nadie hace nada ni resuelven: “Todo está en pausa”, señala Silvia Aracelly Padilla Solís.
Incluso se acercó al gobernador de Yucatán, Huacho Díaz Mena en la primera audiencia pública, en Palacio de Gobierno.
Le otorgaron un comprobante con folio 000111. Nada ha ocurrido:

“Les pido de corazón, también a la presidenta Claudia Sheinbaum, que me ayuden a resolver esta situación. Es una injusticia lo que nos hacen. Que no nos dejen y que se cumpla la ley”.
A 10 meses de la tragedia en el Va y Ven en Mérida, Yucatán, sin finiquito ni indemnización
Han pasado diez meses de la tragedia en el Va y Ven. José López Toro es recordado con empatía por la sociedad en un caso que causó indignación.
Encontró la muerte al cumplir su responsabilidad como operador de una unidad de pasajeros del Va y Ven en Mérida, y hoy “se hicieron todos a un lado”, afirma la viuda, Silvia Aracelly Padilla Solís.
Entregó su vida y es recordado como un héroe por todos tras defender a una pasajera, pero su actuar no es correspondido con el cumplimiento hacia sus seres queridos.
El heroísmo y el recuerdo positivo no les alcanza para vivir: a Silvia para sobrellevar su hogar y la atención permanente hacia Jesús, su hijo quien es una persona con discapacidad; y a Saúl Alfonso para continuar sus estudios.

