Una revisión histórica de la literatura en Yucatán, desde los orígenes ancestrales, pasando por la colonia hasta nuestros días, es lo que el autor Rubén Reyes Ramírez nos presenta en la colección de tres libros titulados “La Estela y el Colibrí”, la cual se presentó la tarde de este lunes en la Universidad Modelo, en el marco de la edición 2025 de la Feria Internacional de la Lectura de Yucatán.
Se trata de una colección producida por la editorial Primigenios de Miami, Florida, en los Estados Unidos de América, con el apoyo de la Universidad Modelo, institución educativa de nivel superior de la cual el autor fue promotor, a finales del siglo XX, de la carrera de literatura, así como de las artes, la cultura y las humanidades en la recién creada universidad privada, llegando incluso a ser director del área de Humanidades de la misma.
Ante un numeroso público, la presentación de la colección corrió a cargo de Sara Poot Herrera, destacada literata yucateca; Carlos Sauri Quintal, director general de la Universidad Modelo; Eduardo Casanova Eolo, director editorial de Primigenios, y el propio Rubén Reyes, prolífico autor yucateco nacido en 1953.
Tres volúmenes
Entrevistado previo al evento, Reyes Ramírez habló en torno a esta colección, la cual se edita bajo el título de “La Estela y el Colibrí”, pero cada uno de los tres volúmenes se diferencia por el subtítulo o temática: el primero se subtitula “Perspectivas, Contornos y Perfiles de la Literatura en Yucatán”; el segundo “Orígenes de la Literatura en Yucatán” y el tercero es “La Literatura Insignia en Yucatán”.
Para Rubén Reyes, el título de la colección le remite a dos ideas medulares: Permanencia y Fugacidad. La estela representa la memoria, esa que queda grabada en la superficie que remite y evoca a un tiempo que perdura y se torna en tradición. Por otro lado, el colibrí representa la fugacidad, el instante, lo vertiginoso, es el aquí y ahora de las letras.
“Lo defino como un racimo de ensayos en los que he trabajado en las tres últimas décadas, algunos publicados, otros parte de presentaciones de libros, prólogos, introducciones”, comentó el entrevistado.
“Cada volumen es una secuencia temática de épocas, temáticas, estilos y autores que, en su conjunto, ofrecen una visión general del campo de las letras en esta región, desde antes de la llegada de los colonizadores, pasando por el neo-mayismo hasta lo más contemporáneo”.
El autor recomendó esta colección a aquellas personas dedicadas a la literatura, así como a los jóvenes que se van adentrando en la expresión a través de las ideas y las palabras. Destaca que la tradición literaria juega un papel fundamental en el presente de lo que hoy están haciendo los autores.
“No creo en la tradición como un ya no ser, algo que fue, que ya no está; la tradición es un espejo de saberes claros y oscuros que son elementos para revisar lo que culturalmente somos y transitar hacia propuestas más apegadas a lo que somos”, subrayó el entrevistado.
Rubén Reyes expresa en esta colección que la palabra en Yucatán es un espejo de agua subterránea donde fluye el imaginario de la piedra. En ella se trasluce nuestro paso por el mundo.
“La literatura en esta región de México nunca ha ocurrido en la intemperie de la sociedad. Surgió ligada al pensamiento insurgente y su desarrollo se mantuvo en un rejuego esquivo de miradas con la historia. A comienzos del siglo XX, en su ‘Novedad de la Patria’, el poeta López Velarde reconocía: ‘Han sido precisos los años del sufrimiento para concebir una patria menos externa, más modesta y probablemente más preciosa. El instante actual del mundo, con todo y lo descarnado de la lucha, parece ser un instante subjetivo’”.
“El mester de lejanías que ha sido la literatura en Yucatán esculpió entonces su voz insignia en la expresión del neomayismo. Fruto de un momento y una sensibilidad distintos a los nuestros, sus creaciones son un monumento en el horizonte de la cultura de México”.
“Huella que proyecta ausencias y presencias, la memoria es agua y puente. Espejo de señales que habitan la arcilla del tiempo. Y la literatura, voz crucial de un pueblo, es una flor alta que media entre la memoria y el porvenir. La cultura, espacio natural de expresión de nuestro ser, es un libro abierto. En la arena de la cultura no hay evasión legítima: debemos ser —como dijo Eduardo Galeano a los escritores de Hispanoamérica— ‘culpables de mirar, culpables de volar’”.
En nuestros días, ante la perspectiva de edificar juntos en México un nuevo proyecto de nación, congruente con los hilos medulares de la historia y mirando fraternalmente al mundo, tal aventura encierra un “instante subjetivo”. Tender los puentes, ensamblar la memoria y la esperanza es una tarea vital. Y justamente para alumbrar la memoria de nuestra palabra surgió La Estela y el Colibrí, cómplice de la esperanza; pues, dijo José Martí: “Quien ahonda en el lenguaje, ahonda en la vida”. El viento esculpe una huella en la piedra, una huella que aspira a ser un surco en el tiempo para la semilla”.
La colección del autor puede adquirirse en el módulo de la Universidad Modelo en la FILEY del Centro de Convenciones y Exposiciones Yucatán Siglo XXI.— Emanuel Rincón Becerra



