Voluntarios en una de las jornadas de limpieza que organiza el grupo Gips Bacab, A.C.
Voluntarios en una de las jornadas de limpieza que organiza el grupo Gips Bacab, A.C.

Los cenotes son uno de los destinos más buscados por turistas y locales, especialmente en las épocas más calurosas del año. Sin embargo, ¿qué tan recomendable es realmente bañarse en ellos?

Recientemente, usuarios de la red social TikTok expusieron casos de histoplasmosis, una infección fúngica, generalmente asintomática, que puede afectar los pulmones y, en ocasiones, otros órganos. Se adquiere al inhalar las esporas del hongo “Histoplasma capsulatum”, que se encuentra en el suelo y en excrementos de aves y murciélagos. Según la popular red social, esta enfermedad la contrajeron algunas personas al nadar en cenotes de Yucatán.

Ante esta situación, surge la pregunta: ¿qué tan contaminados están los cenotes? Para responderla, Yamili Salazar Ku, directora general de Gips Bacab, A.C., y el antropólogo Sergio Grosjean Abimerhi coincidieron en que la problemática de los cenotes no se limita a la presencia de hongos, sino que tiene raíces mucho más profundas.

Sergio Grosjean aclaró que el hongo causante de la histoplasmosis no es exclusivo de los cenotes, sino que está presente en el medio ambiente, particularmente en cuevas con áreas secas. Señaló que el excremento de iguanas, murciélagos y aves genera esporas y bacterias que pueden provocar esta enfermedad.

El antropólogo advirtió que las personas con sistemas inmunológicos comprometidos son las más vulnerables y compartió que, en su caso, utiliza cubrebocas al visitar cenotes con riesgo de bacterias o si presenta algún resfriado.

Además subrayó que cuando un cenote es descubierto, suele convertirse en una atracción turística sin que se realicen estudios para evaluar la viabilidad de su uso recreativo. También hizo hincapié en la importancia de monitorear la calidad del agua, evaluando parámetros como el pH y la presencia de coliformes fecales, contaminantes que provienen de granjas, cultivos agrícolas y del crecimiento urbano.

El antropólogo advirtió que muchos cenotes, antes abandonados, han sido reutilizados sin considerar su estado de contaminación, muchas veces afectado por descargas de aguas residuales domésticas. Otro problema es la sobrecarga de visitantes: al rebasar la capacidad natural del cenote, se altera el ecosistema, se utiliza maquinaria para ampliarlo, y esto mata peces y crustáceos.

Cuando el agua se vuelve turbia, algunos pobladores recurren al cloro para “limpiarla”, afectando no solo a los bañistas, sino también al manto acuífero. Grosjean recordó que entre 2012 y 2016 realizó estudios de calidad en cenotes, donde encontró que el 83% de 60 cuerpos de agua analizados ya presentaban niveles preocupantes de contaminación. Según él, la situación actual podría ser aún más grave.

Frente a esta problemática, existen grupos que trabajan en el saneamiento y conservación de los cenotes, como Gips Bacab, A.C.

Yamili Salazar Ku explicó que esta organización se dedica a la conservación del agua en la Reserva Estatal Geohidrológica del Anillo de Cenotes, una zona de recarga hídrica poco conocida pero vital para el estado.

Parte de la solución

Parte de su labor es sensibilizar a las comunidades, enseñándoles que ellos mismos son parte de la solución. Mediante programas de educación ambiental, social y de monitoreo comunitario, proporcionan herramientas para determinar parámetros físicos, químicos y bacteriológicos de los cenotes y pozos comunitarios.

Yamili Salazar Ku detalló que, aunque el agua pueda parecer limpia a simple vista, puede estar contaminada. Gracias a kits especializados, pueden detectar niveles de contaminación de forma sencilla. Además, organizan jornadas de limpieza en las zonas externas a los cenotes, donde han llegado a recolectar hasta 700 kilos de basura en tan solo dos horas.

La directora coincidió en que los tiraderos clandestinos son un grave problema, ya que los lixiviados terminan filtrándose hasta el acuífero. También señaló la falta de sistemas de tratamiento de aguas residuales como un factor que agrava la contaminación.

Respecto a la recomendación de bañarse en cenotes, Yamili Salazar mencionó que algunos integrantes de su equipo aconsejan evitarlo, recordando que el agua de los cenotes es parte del suministro de agua potable. Si deciden nadar, recomendó no ingerir el agua y ser conscientes de no exceder la capacidad natural del ecosistema, permitiéndole así regenerarse.

Finalmente, invitó a la población a informarse y seguir las actividades de Gips Bacab A.C. a través de sus redes sociales, disponibles en Facebook e Instagram.