Con la llegada de las lluvias también comienzan a aparecer visitantes inesperados en los hogares y calles de la ciudad: insectos y, sobre todo, anfibios como ranas y sapos. Pero ¿son estas especies tóxicas para los humanos y nuestras mascotas?
El biólogo Gilberto Antonio Roura Durán, dueño de la empresa “Ambiente Seguro”, dedicada a la evaluación de impacto ambiental, explicó en entrevista con el Diario que en esta temporada es común observar distintos tipos de sapos y ranas.
De forma coloquial, indicó que suelen verse “sapos gigantes”, sapos comunes, ranas y microranas, éstas últimas, menos frecuentes.
Científicamente, señaló, existen al menos seis especies de ranas en la región, aunque la mayoría de las personas no logra distinguirlas. Asimismo, puede ocurrir el avistamiento de salamandras, las cuales están protegidas por la ley.
El especialista manifestó que los sapos se adaptan tanto a zonas urbanas como rurales, mientras que las ranas prefieren ambientes más alejados de la ciudad.
Una de las diferencias más visibles entre ambas especies es la textura de su piel. Los sapos presentan una piel seca, a menudo cubierta de tierra o lodo, y pueden seguir moviéndose incluso en esas condiciones.
En cambio, las ranas necesitan mantener la piel húmeda; si se están secas, probablemente están muriendo.
¿Son tóxicos los sapos y ranas en Yucatán?
Sobre su toxicidad, el especialista recalcó que solo una especie de rana es peligrosa para humanos y animales domésticos. En cuanto a los sapos, el más tóxico es el marino, cuya ingestión puede ser perjudicial.
Los sapos pequeños pueden manipularse con precaución, aunque si después se toca los ojos o una herida, podrían provocar irritación debido a las toxinas que segregan.
“Estos animales contienen bufotoxina —conocida como toxina de sapo— que algunas personas incluso utilizan como droga”, comentó.
Roura Durán informó que esta toxina es parte de una estrategia evolutiva para disuadir a sus depredadores: si un animal se intoxica al consumirlos, probablemente dejará de cazarlos a futuro.
Respecto al mito de que los sapos “orinan” cuando se sienten amenazados, el biólogo aclaró que lo que ocurre es que, al salir del agua, su cloaca conserva líquido, el cual expulsan al dar saltos fuertes.
Pese a este líquido tiene un nivel muy bajo de toxicidad, no representa un riesgo grave. En caso de contacto, recomendó lavar bien la zona con agua y jabón, más que nada por la posible presencia de bacterias.
De igual manera, compartió que es muy raro que un anfibio muerda a una persona o mascota. Aunque los sapos tienen pequeños dientes, no mastican, sino que tragan su alimento entero.
¿Y si una mascota se come un sapo?
El entrevistado mencionó que ha visto casos de perros que tienden a tragarse sapos. Si esto sucede, recomendó llevar al animal al veterinario o intentar que vomite, ya que el verdadero riesgo ocurre si el sapo es ingerido.
Si solo fue una mordida, el animal podría salivar durante varias horas, mostrar pupilas dilatadas e incluso alucinar. En este caso, es importante vigilarlo, pero el peligro es menor.
Fuera de la temporada de lluvias, los sapos suelen enterrarse para protegerse, mientras que las ranas se refugian en grietas de piedras o troncos, lugares en los que también se reproducen.
Dijo que hay una especie de rana que se esconde “de reversa”, es decir, deja su cabeza expuesta, porque es la parte más resistente de su cuerpo.
Contra mosquitos
Como mensaje final, el biólogo recordó que estos anfibios son fundamentales para el ecosistema, dado que se alimentan de moscos y sus larvas, lo cual ayuda a prevenir enfermedades como el dengue.
Subrayó que las campañas de abatización no siempre alcanzan ciertos espacios, como copas de árboles o cavidades en el suelo, donde las ranas pueden depositar sus renacuajos y mantener a raya las poblaciones de mosquitos.
“Si ven una rana en su jardín, no la dañen. Mientras más anfibios haya en una zona, más sana y equilibrada será para los humanos“, expresó.
En Yucatán, existen especies protegidas como la triptiton, una rana que emite un canto peculiar, parecido a un “pet pet”, agregó.
Pidió a la población no matar ni maltratar a estos animales.
“Llegaron antes que nosotros y tienen un papel clave en mantener el equilibrio de la naturaleza”, concluyó.


