Con esta tercera entrega con cuatro testimonios de voceadores que han dedicado su vida a llevar las noticias de Diario de Yucatán a las calles se continúa rindiendo homenaje a quienes forman parte de su historia de 100 años.
Como continuación de una serie de notas especiales dedicadas a los voceadores, hoy, cuatro nuevas voces narran lo que ha sido para ello pertenecer, de alguna forma, a esta casa editorial.
Gabriela Mukul Canul, conocida como doña Gaby, encontró en la venta de periódicos una forma de independencia.
Comenzó hace 13 años, animada por sus hijos, y desde entonces su puesto no ha cambiado.
Aunque no fue su fuerte al inicio, este trabajo le permitió establecer lazos con sus clientes, ser económicamente libre y mantenerse activa.
“Para mí, ser voceadora es sinónimo de libertad”, dice mientras comparte cómo disfruta madrugar y ver el inicio del día desde su puesto. El Diario de Yucatán, asegura, ya forma parte de su familia.
El voceo, oficio que le dio estabilidad
Gerardo Rafael Santamaría González, o don Gerardo, tiene 19 años como voceador, oficio que le trajo estabilidad después de migrar desde Ciudad de México.
A las 4:00 a.m. ya está en camino para entregar el periódico a sus clientes en Vista Alegre. Aunque enfrentó rechazo en sus inicios, hoy ve cómo se ha fortalecido la comunidad entre voceadores y el propio Diario.
Recuerda con emoción su primer bate y su primera despensa como un reconocimiento valioso.
Si pudiera resumir su experiencia en una palabra, sería “orgullo”.
Legado de tres generaciones de familia
Por otro lado, José Luis Cahuich Pech, o don José Luis, lleva 40 años al frente de su punto de venta, un legado familiar de tres generaciones.
A los 10 años, comenzó junto a su padre y abuelo, y hoy, a pesar de la digitalización, sigue convencido de que “siempre habrá un voceador en la esquina”.
Es un defensor de la lectura en papel y ha promovido campañas escolares desde la Unión de Voceadores.
Ha vivido momentos memorables, como repartir durante el huracán “Gilberto” o ser reconocido en la Basílica de México por clientas que lo recordaban. “Ser voceador es todo, lo máximo”, afirma.
Más de cinco décadas como voceador
Lorenzo Oswaldo Alonzo Pantoja, don Lorenzo, acumula entre 55 y 60 años de voceador. Desde niño ayudaba a su madre, y más adelante, heredó el puesto tras su fallecimiento.
Ha visto pasar ciclones, crisis y cambios en la industria, pero su constancia ha sido inquebrantable.
“Hay que seguir adelante, no mirar atrás”, dice. Para él, cada ejemplar vendido es un propósito cumplido. Agradece el vínculo que ha mantenido con el Diario durante décadas y se siente parte de una hermandad duradera.
Esta tercera entrega —de un total de seis— reafirma lo que ya mostraron las anteriores: que los voceadores son mucho más que distribuidores.

El voceo, sostén económico de muchas familias
Son pilares de un oficio que ha unido varias generaciones, sostén económico de familias enteras, y protagonistas anónimos de la historia del Diario de Yucatán.
Ellos conocen el rostro del amanecer, caminan bajo el sol y la lluvia, saludan por nombre a sus clientes, y miden su éxito en ejemplares vendidos y en el aprecio de su comunidad.
En la celebración de estos 100 años, Diario de Yucatán también celebra a quienes, desde sus esquinas y recorridos, lo han hecho posible.
Homenaje / Voceadores
El lunes pasado se llevó al cabo un homenaje a voceadores en el marco del centenario del Diario.
Convivio
Durante la emotiva ceremonia, directivos de Grupo de Megamedia, voceadores y sus familiares compartieron un grato momento entre palabras, sonrisas y bocadillos.
Vídeo
Durante el evento, se proyectó un vídeo en el que algunos voceadores compartieron sus experiencias. Luego, se les entregó un kit conmemorativo que incluyó gorra, playera y un regalo especial.— Grupo Megamedia



